La excusa de los kilos
Todo el taurinismo la tiene tomada con el público de Madrid y su rigor. Cada año, llegada la feria, se queja de que exige el "elefante con cuernos" (así dice), y pues en otras plazas no exigen el elefante con cuernos, ni nada, cuando está en ellas comenta que ahí es donde da gusto torear y donde la gente entiende de verdad.En la corrida del pasado domingo se oyó vocear una frase que resume exactamente lo que quiere el público de Madrid: "¡Menos kilos y más trapío". En efecto, lo que pese el toro le trae sin cuidado a la afición madrileña (pues no pretende comérselo), y en cambio demanda trapío, cómo presencia ideal de un toro que además debe ser íntegro, limpio de pitones, fuerte y con casta.
La torería declara por estas fechas que las ganaderías están mal, que los criadores han aguado la casta de los toros. Puede que sea cierto como criterio general, pero aún quedan divisas que conservan la casta en pureza, y se da la circunstancia de que precisamente los toros de esas procedencias son los que no quieren los toreros, y aún meno, s las figuras. Y lo argumentan así: no ofrecen garantías. Pues en qué quedamos.
Babelia
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