Un concierto inolvidable

La entrega de premios de la II Muestra de Jazz Madrileño fue el preludio del esperado y merecido homenaje al saxofonista-clarinetista Vlady Bas. Los grupos Aya y Neobop fueron, respectivamente, primero y segundo clasificados, y Javier Benet -vibrafonista de Aya- fue considerado el mejor solista del concurso.El concierto dio comienzo con la presentación del trío de Monty Alexander, al que después de unos cuantos temas se añadiría Vlady con el saxo alto y, ocasionalmente, con el clarinete. Creo que es la tercera vez que Monty nos visita, y sin duda ésta ha sido la mejor de sus actuaciones. Se trata de un pianista imaginativo y ágil que deja involuntariamente traslucir su origen jamaiquino casi en cada frase, lo que se traduce en una frescura y un desparpajo verdaderamente poco comunes. Completaban el trío Brian Bromberg -un contrabajista con un extraordinario dominio de la utilización del pulgar como cejilla, por lo que consigue una gran limpieza y comodidad en los solos- y Bobby Thomas -percusionista de un buen gusto envidiable- Vlady puso la cota todavía más alta. Tocó con la elegancia y la soltura en el fraseo que le caracterizan y con una fuerza -que muchas otras veces se le echa en falta- que parece haber estado reservando durante largo tiempo para esta ocasión.

En la segunda parte, concebida como una jam session, la menor calidad meramente musical se vio sobradamente compensada por el calor humano que se generaba en el escenario y se difundía por toda la sala. Al trío de ritmo inicial (Jean-Luc Vallet, piano; Dave Thomas, contrabajo; Peer Wyboris, batería) se les fueron añadiendo otros amigos músicos (Fernando Sobrino, Tatsuo Aoki, etcétera) a lo largo de la noche. Lenny White y Wladislaw Sendecki no dejaron pasar la ocasión de adherirse al homenaje, y en su compañía Vlady Bas puso el punto final de este concierto inolvidable.