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Felipe González rechaza una adhesión precipitada a la CEE que contravenga los intereses nacionales

El presidente del Gobierno, Felipe González, insistió ayer en el rechazo del Gobierno español a una adhesión precipitada a la CEE que contravenga los intereses nacionales. De esta forma ratificó las afirmaciones del secretario de Estado para las Relaciones con la CEE, Manuel Marín, que había afirmado que el Ejecutivo español prefiere un retraso en las negociaciones para la adhesión antes que la firma de un mal acuerdo. Marín hizo estas declaraciones en la jornada inaugural de la novena sesión del comité mixto Cortes españolas-Parlamento Europeo, que continúa hoy, y a la que asiste Lorenzo Natali, vicepresidente de la Comisión Europea y encargado de las conversaciones para la adhesión.

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El presidente del Gobierno hizo hincapié, sin embargo, en la voluntad de su Gabinete por impulsar al máximo estas negociaciones e intentar cumplir el calendario previsto, pero siempre que se respetasen los intereses españoles. Felipe González se mostró a favor de que dicha negociación fuese "profunda, rigurosa, y sin cabos sueltos". Por su parte, Manuel Marín realizó ante los parlamentarios miembros del comité mixto, en un lenguaje "claro y franco", según palabras propias, lo que puede calificarse como una directa advertencia a los dirigentes comunitarios con objeto de dejar claro que el Gobierno español no aceptará ninguna maniobra de retraso provocado en éstas negociaciones, para forzar la aceptación de los planteamientos impuestos desde Bruselas. En principio, la fecha inicialmente prevista para el término de las negociaciones es el próximo 30 de septiembre.Marín denunció en su intervención ante los parlamentarios de este comité mixto la falta de respuesta comunitaria a algunos puntos básicos de la negociación, motivo por el cual mostró su pesimismo respecto a que las negociaciones puedan haberse finalizado en la citada fecha del 30 de septiembre, que había sido propuesta por la presidencia francesa y posteriormente aceptada por los demás Estados miembros. Por ello, el Gobierno. español considera como de "difícil cumplimiento" dicho calendario, a pesar de que, según su opinión, España sí ha cumplido correctamente sus compromisos. "Terminar el 30 de septiembre es sumamente dificil porque vamos a tener dificultades técnicas, políticas y administrativas", añadió. El secretario de Estado español, en la misma línea de claridad, puso de manifiesto que el Gobierno del que forma parte no admitirá que se produzcan sesiones intensivas con los negociadores comunitarios a menos que haya un exhaustivo estudio de las cuestiones a negociar.

Asimismo dejó entrever las repercusiones negativas que podría tener un retraso de tales negociaciones si se insiste en dejar para el final la contestación a determinados capítulos, y puso gran énfasis en subrayar que si alguien intenta forzar a España ante las expectativas de una fecha sin haber cumplido los compromisos previos "topará con la negativa de nuestro Gobierno a aceptar cualquier condición".

En línea con la argumentación mantenida por la Secretaría de Estado para las Relaciones con la Comunidad Económica Europea, Manuel Marín insistió en que estas negociaciones deben respetar al máximo los principios de equilibrio en los períodos transitorios, progresividad para que la integración sea gradual y reciprocidad en las concesiones para que las concesiones que realice España se vean acompañadas por otras de los países miembros.

Cuestionario para contestar

Lorenzo Natali encargado en la Comisión Europea de todo el proceso de ampliación de la actual Europa comunitaria de diez miembros, se limitó, por su parte, a señalar que la integración a la CEE de los dos países ibéricos candidatos será una realidad a más o menos largo plazo. Añadió que la fecha del 30 de septiembre, aunque simplemente orientativa, habría que intentar cumplirla. Los períodos transitorios, precisó Natali, no se imponen para penalizar a nadie, sino para lograr la adaptación de las economías respectivas y evitar que "los empresarios paguen cara la adhesión".

Natali afirmó que España debe contestar a un cuestionario sobre intercambios y fiscalidad para poder concretar la solicitud española de un estatuto especial para Canarias. Sin embargo -añadió el vicepresidente de la Comisión Europea-, la CEE preferiría estudiar la adhesión en su conjunto y no disociar a las islas Canarias.

Las advertencias realizadas ayer por el secretario de Estado español se interpretan en círculos próximos a las partes negociadoras como un intento de hacer ver a Bruselas que no se admitirá lo que parece una táctica, potenciada por algunos países miembros de la CEE, de dejar el grueso de las negociaciones para el final de las mismas, con objeto de colar los planteamientos propuestos desde los centros de poder de la Comunidad Económica Europea con las mínimas contraprestaciones posibles.

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