Phillippe Sollers: "Las últimas revoluciones importantes han sido de las mujeres"
"Una de las revoluciones más importantes de los años sesenta y setenta es la protagonizada por las mujeres", afirma el escritor francés Phillippe Sollers, quien acaba de publicar su última novela, titulada precisamente Mujeres. Ayer, en el Instituto Francés de Madrid, pronunció una conferencia sobre la literatura a través de la mujer, intentando una visión de la literatura a través de la óptica femenina, "como Casanova narra su propia vida a partir de sus amores .
"He vuelto al realismo", afirma Sollers respecto a su última novela, "tras un largo período de experimentación y búsqueda" Un largo período de 20 años en el que Sollers ha intentado todo tipo de escritura, culminando en la escritura oral de Paraíso. Una novela en la que estaban ausentes los puntos y las comas porque era una llamada al ojo y al oído, estaba concebida con la estructura musical de una fuga de Bach. Sollers pretendía haber realizado una lectura pública de algunos fragmentos de aquella novela en "una gran catedral gótica, preferentemente Notre Dame de París, pero no conseguí los permisos necesarios". La hizo en una iglesia de Jerusalén y la filmó en vídeo. En España, afirma, los lugares idóneos serían las catedrales de Burgos o Toledo, especialmente esta última, donde la presencia de El Greco convertiría el acto en una apología del barroco".Ahora, Sollers ha hecho una novela menos oral y más visual, Mujeres, al tiempo que sigue interesándose por el vídeo. "El vídeo, la televisión en general", afirma, "me interesa mucho. Se trata de un medio rápido y que permite gran fluidez narrativa, al que tendrían que acercarse los intelectuales porque permite explicar muy bien nuestro mundo de contrastes, abandonando la subordinación a la política y la filosofía". Él, por su parte, ha realizado ya varias filmaciones y "en los próximos 15 días voy a hacer otra de una hora de duración sobre Diderot en el Palais Royal de París". Los últimos vídeos que ha realizado se titulan Le trou de la Vierge y Picasso, pintor al que define como "el gran narrador erótico de nuestro siglo".
Experiencias eróticas
La cita de Diderot, la recomendación al cambio de función de los intelectuales, disfrazada en la sugerencia de un cambio de medio, no es casual en el discurso de Sollers, un discurso que él reivindica como unitario a lo largo de su biografía personal, al margen de las diversas interpretaciones que se puedan haber realizado. En realidad, Sollers ha confeccionado una novela en la que un periodista norteamericano viaja por Europa y narra desde sus experiencias eróticas, tema central en el objetivo liberador que Sollers concibe para la sociedad, a la vez que sus relaciones con los intelectuales occidentales.Pese al disfraz del falso nombre, algunos de esos intelectuales occidentales son perfectamente identificables. Althousser, por ejemplo, a quien Sollers definió hace un par de años como nuestro último teólogo". Del filósofo francés afirma Sollers: "Es un personaje de fábula, como Lacan, como Camus, como Sartre. Un personaje de Dostoievski que vive en la contradicción patética entre un pensamiento que se pretende científico e impersonal y una vida privada concebida como sacrificio. La muerte de su mujer es un llamamiento desesperado a la verdad narrativa". Y es que, a poco que se le de pie, Sollers expone la teoría de que la verdad, donde realmente se encuentra es en la novela, mientras que las vidas discurren en un irreal plano teórico. "Es el caso de Sartre; en La náusea aún es un novelista; cuando cae presa de la visión filosófico-política deja de hacer novela, igual que Malraux".
De ahí que proponga volvera la creación de historias. "Nuestro tiempo tiene muchas cosas que contar y libertad para contarlas. Lo que ocurre es que los intelectuales occidentales apenas se dan cuenta de ello. Quienes mejor lo aprecian son los escritores procedentes de países no libres, como Kundera, por ejemplo".
Mujer y biología
De lo que se trata es de reflejar las mutaciones ocurridas en los últimos 30 años, "desde la segunda guerra mundial", afirma. Y en su última novela lo intenta a través de dos factores: la mujer y la biología. La revolución provocada por las mujeres es, en su opinión, "una de las más importantes, porque afecta al hecho mismo de la reproducción", a la vez que la biología ha posibilitado el control del hecho reproductivo. El feminismo, sigue Sollers, "es un movimiento capital en los últimos años, que va más allá de la izquierda occidental y que resulta irreversible. Presenta dos aspectos, el primero es positivo en la medida en que rompe la idolatría respecto a las representaciones tradicionales de la mujer; el segundo es negativo, en la medida en que se politiza y dogmatiza. El feminismo es similar al socialismo que presentaba el elemento positivo de proponer la liberación del trabajo, pero también el negativo de potenciar el secuestro del poder por parte de los cuadros de los partidos".Todas estas reflexiones sobre las formas sociales deberían llevar a Sollers a escribir ensayos, pero él prefiere la novela, "más real", y como personaje elige la mujer porque 'a través de ellas puedo realizar una radiografía, social, retomar la tradición erótica de Diderot, mezcla de libertinaje y filosofía". Y así, Mujeres es "una visión de la sociedad a través de la expresión erótica" y, a la vez, "un homenaje al siglo XVIII y, por consiguiente, una crítica al XIX y a todo lo que de ese siglo queda en el XX. No propongo una vuelta al siglo XVIII, sino el rescate de los elementos modernos que hay en él". Sin que ello le lleve a olvidar que del proyecto racional ilustrado surgió también "el sistema del terror y la teorización que aún nos afecta hoy en términos policiales, militares, de empobrecimiento del discurso".
Lo que él ha pretendido, en cierta medida, es hacer lo mismo que Casanova: explicar la sociedad a través de las mujeres, como el italiano explicó su vida, "pero de una forma muy distinta a la que, por ejemplo, utiliza Fellini, que expresa su relación con la libertad con sentimiento culpable. Lo que propongo es lo contrario, una visión abierta y gozosa que hunde sus raíces en el siglo XVIII, en definitiva la apología del barroco".
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