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La música de la poesía de Rafael Alberti

El pasado fin de semana, como cierre al homenaje que la ciudad de Cádiz rendía a Rafael Albertí la poesía y la canción volvieron a hermanarse en las voces de Raúl Alcover, Javier Ruibal, Rosa León, Luis Pastor, Carlos Cano, Manuel Picón y Olga Manzano y Joaquín Sabina, que interpretaron en algunos casos poemas de Alberti musicados por ellos y su propias canciones, dando una imagen bastante cercana de su evolución y de las relaciones entre la poesía y la canción como géneros artísticos relacionados entre sí, pero esencialmente distintos.Eran los últimos sesenta y lo primeros setenta cuando Paco Ibáñez, Aguaviva, Raimon, Elisa Serna, Adolfo Celdrán y otros comenzaron en España un trabajo de creación de canciones que, en muchos casos, se basaba principalmente en un soporte literario de poemas, siguiendo la pauta marcada en otros países europeos por cantantes y músicos de la talla de Leo Ferre, Theodorakis o Jean Ferrat. Fueron muchos los poemas que se musicaron, y Albert fue un poeta sobre el que se volca ron los cantantes y compositores.

Toma de conciencia

La nómina de cantantes que han musicado a Rafael Alberti es casi internúnable. Desde el citado Paco Ibáñez, que causó auténtica conmoción con su versión de la Balada del que nunca fue a Granada, o Aguaviva, que llegaron a to das las listas de éxitos con los Poetas andaluces de ahora, hasta las versiones más minoritarias de Manuel Toharia o Luis Pastor, pasando por el insólito disco que la folklórica Mikaela dedicó al poeta gaditano con textos de su Marinero en tierra, o las canciones escritas en Francia por Paco Curto, Pedro Ávila o Laurentino, hubo de todo Y no se redujo a España el interés de los músicos por la obra albertiana. En Uruguay, Daniel Vigliett o Héctor Numá Moraes; Soledad Bravo, en Venezuela, y en Argentina, J. C. Gustavino, que en 1947 puso música a La paloma, un bello poema de Alberti que se convirtió en una hermosa canción que dio la vuelta al mundo en versión del ita liano Sergio Endrigo, se fijaron también en la obra del poeta español.

Y sin embargo, y pese a este interés y atractivo, la influencia de Alberti y de otrosyoetas sobre la canción popular ha sido menor de la esperada. Esa influencia se ha dado más a nivel de toma de conciencia, de descubrimiento de una actitud ética, que estrictamente literaria y formal. Excepto algunos casos en los que la musicación de poetas ha sido exclusiva (Paco Ibáñez) o ha influido de manera poderosa sobre los propios textos de los cantantes (Raimon o Amancio Prada), la poesía no ha significado para la mayor parte de cantantes que comenzaron su carrera musicando poemas otra cosa que una forma de superar las deficiencias que tenían de expresar con sus propias palabras las sensaciones e ideas que querían dar a la luz. Conforme han ido evolucionando en sus músicas, conforme han ido madurando y conociendo su propio medio expresivo, esos cantantes han escrito sus propias letras tomando como modelo no tanto a los poetas como a otros cantantes.

En el caso de Alberti esto es particularmente claro. Los poemas elegidos para ponerles música lo han sido siempre en función de una de estas dos características: o su valor testimonial o su estructura interna, su sentido musical, que tan acentuado es en su poesía. Abundan estas musicaciones en los primeros discos de numerosos cantautores, y después decrecen sustancialmente, sin que por ello desaparezca la admiración por el poeta.

Pocos rastros de Alberti y de la poesía española quedan en la canción española; en todo caso permanece la actitud cívica del poeta, su magistral ejercicio de dignidad ética. Literariamente, esos rastros son difíciles de encontrar en lo que ahora componen los cantantes que antaño le musicaron. Curiosamente, el único ejemplo de cantante albertiano sería un hombre que ni estuvo en Cádiz participando en su homenaje ni ha musicado nunca sus poemas: Pablo Guerrero. En él sí es posible seguir una temática y, sobre todo, un lenguaje poético que tiene el gusto de la claridad, la luminosidad, el juego lúdico, la simplicidad repetitiva de muchos de los poemas de Alberti. Desde aquel Hay hombres que se mueren sin haber visto la mar hasta sus últimas canciones, hay en Pablo Guerrero esa huella del poeta gaditano, pero es más una influencia de buen lector de poemas que de cantante que utiliza, o utilizó, la poesía como vehículo literario de sus canciones.

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