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El magistrado Giovanni Falcone estuvo en España en 1983 para investigar inversiones de mafiosos

ENVIADO ESPECIALEl juez de Palermo Giovanni Falcone, magistrado que instruye la mayoría de los procesos contra la Mafia, se desplazó a España en octubre de 1983 para investigar la propiedades que Rodolfo Azzoli apoderado del jefe de la Mafia siciliana, Gaetano Badalamenti, detenido en Madrid, tenía en la costa levantina, especialmente en Benidorm. El juez Falcone investigó fundamentalmente la procedencia del dinero que llegaba a España y la forma en que era invertido en la costa. Esta investigación del juez italiano forma parte de las averiguaciones dirigidas en los dos últimos años para desarticular las redes financieras de la Mafia.

El juez más amenazado por la Mafia mantuvo diferentes entrevistas con magistrados y policía en Madrid, Alicante, Benidorm, Valencia y Barcelona. La investigación del magistrado se centró fundamentalmente en obtener un relación de las propiedades de Rodolfo Azzoli, considerado hombre de paja de Badalamenti, que franqueaba dinero sucio procedente de la red internacional de heroína que dirigía el capo de la Mafia siciliana.

Falcone se interesó especialmente por la forma de llegada del dinero a España y su posterior inversión. Este dinero, según fuentes policiales, llegaba a España legalmente mediante transferencias bancarias de Francia y Suiza. Según las citadas fuentes, el banco que realizaba las transferencias facilitó al juez Falcone un informe sobre la procedencia de las importantes sumas de dinero.

Asimismo, el juez de Sicilia recabó información sobre algunos italianos relacionados con Azzoli que también habían invertido grandes cantidades de dinero en esta zona, entre ellos los hermanos Salvatore y Gaetano Grado, Giovanni Zarconi, Achille Cafarelli, Roberto Termini, Urize Mazolini y Gregoria Vitale.

Rodolfo Azzoli, considerado en fuentes italianas el hombre de Badalamenti en España, compró en Benidorm el hotel Sierra Dorada y apartamentos en la urbanización Rocas Blancas, La Marina Sedavi y El Rincón de Loix.

Azzoli llegó a España a finales de 1981 y fue detenido el 17 de diciembre de 1982 tras una orden de busca y captura de la Interpol. Azzoli permaneció algunos meses en la prisión de Alicante y después fue trasladado a un centro penitenciario de Madrid, a la espera de que se resuelva la extradición solicitada por las autoridades italianas. Azzoli libró un cheque sin fondos desde la cárcel para incurrir, según fuentes policiales, en un delito en España y retrasar su extradición.

La mayoría de los italianos que han sido investigados por el juez Falcone desaparecieron de Benidorm tras la detención de Azzoli, a excepción de Cafarelli, quien permanece en la ciudad y goza de excelente reputación en medios financieros. Cafarelli, según fuentes policiales, ha invertido -alrededor de 500 millones de pesetas en Benidorm, fundamentalmente en el sector de la hostelería. Este italiano llegó a España en 1977 y comenzó a invertir en hoteles y apartamentos. Según fuentes policiales, tiene fuertes sumas de dinero invertidas en el hotel Benidorm Palace y es socio de la empresa inmobiliaria Fincas Benidorm, que se dedica a la venta de apartamentos, terrenos y locales comerciales en esta ciudad.

Como ya informó EL PAIS en su edición del 11 de abril, Gaetano Baladamenti, Rodolfo Azzoli y los hermanos Grado fueron identificados hace dos años en Benidorm por la policía española, que en esos momentos no logró detenerlos, y ya entonces sospechó que estos mafiosos intentaban introducir en España su organización de tráfico de heroína e iniciar una campaña de limpieza de dinero sucio obtenido de las ventas de la droga.

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