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El Parlamento brasileño debate una propuesta que permita la elección directa del presidente

El Parlamento brasileño empezó a debatir ayer una enmienda constitucional de la oposición encaminada a restablecer las elecciones presidenciales directas en el país. La sesión parlamentaria, una de las más dramáticas de los últimos 30 años en Brasil, empezó con apenas cinco minutos de retraso, a las 9.05 hora local. Más de 300 de los 479 diputados estaban presentes, garantizando el quórum mínimo para la apertura de la jornada parlamentaria. Tan pronto se abrió la sesión, 104 congresistas pidieron la palabra. El Congreso, al revés de lo ocurrido la noche anterior, ya no estaba cercado por tropas militares, pero por los pasillos circulaban más de un centenar de policías vestidos con ropas civiles.

En la noche del día anterior, Brasilia, la capital, había vivido momentos de especial tensión. El general Newton Cruz, ejecutor de las medidas de emergencia decretadas por el Gobierno, hizo gala de todos sus atributos de militar duro. Llegó a detener a dos diputados.

Programa de Gobierno

Mientras tanto, las principales ciudades de Brasil aprovecharon la noche del martes para exteriorizar de manera clara su apoyo al restablecimiento de las elecciones directas. A las 20.00 horas del martes, un ruido ensordecedor llenó las calles de Sâo Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte. La población golpeaba cacerolas y los conductores hacían sonar los cláxones de los coches.Alejados de todo ese ruido, los principales dirigentes de la oposición daban los últimos retoques a su proyecto de negociación con el Gobierno. Las propuestas, divulgadas en la mañana de ayer como exigencias, reúnen de hecho las líneas generales de un programa de Gobierno.

El principal partido de la oposición, el PMDB (socialista), presentó 10 puntos que considera imprescindibles para iniciar el diálogo con el Gobierno. Entre ellos, que se solicite una moratoria de la deuda externa, la ruptura con el Fondo Monetario Internacional, reformas financiera y fiscal, aumento en los presupuestos de educación, salud y vivienda popular, además de radicales cambios en la política salarial, agraria e industrial. Desde luego, exige la instauración de una asamblea constituyente para 1986. Cumplidas esas condiciones, la oposición aceptaría negociar con el Gobierno la fecha de las elecciones presidenciales.

La enmienda constitucional presentada ayer necesitaba para su aprobación las dos terceras partes de la Cámara de lo s Diputados y del Senado. Los diputados son 479. Los dos tercios serían 320. La oposición tiene 244 parlamentarios. Faltaban 76, pero en la apertura de la jornada 61 diputados oficialistas ya habían confirmado su voto a favor de la enmienda de la oposición y había otros 30 todavía indecisos.

En el Senado la situación era más difícil para la oposición. Allí son 69 votos, y los dos tercios son 46. La oposición tiene solamente 24 senadores. De los 45 del partido oficialista, solamente seis habían asegurado su voto favorable a la enmienda de la oposición.

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