El Parlamento soviético apuesta por la continuidad con sólo dos pequeños cambios en el Gobierno

El ministro de Asuntos Exteriores de la URSS, Andrei Gromiko, y el ministro de Defensa, Dimitri Ustinov, considerados dos pesos pesados del Gobierno soviético, fueron reconfirmados ayer en sus cargos por el Soviet Supremo (Parlamento) surgido de las elecciones de lista única del pasado 4 de marzo.

De un total de 98 miembros del Gobierno -entre titulares de ministerios y presidentes de comités estatales- se registraron únicamente dos cambios, a los que no se atribuye ninguna importancia política especial. La continuidad fue, pues, la tónica de la primera sesión del nuevo Soviet Supremo, que concluyó ayer en Moscú tras dos jornadas de trabajo.A propuesta del jefe del Gobierno, Nikolai Tijonov, de 79 años, quien también revalidó su cargo el día anterior, los 1.500 diputados integrantes de las dos Cámaras parlamentarias (Soviet de la Unión y Soviet de las Nacionalidades) aprobaron unánimemente la lista facilitada. Los tres primeros vicepresidentes del Gobierno seguirán siendo Geidar Aliev, Andrei Gromiko e Ivan Arkiopov. Tampoco cambian los 11 vicepresidentes del Consejo de Ministros.

Las dos alteraciones mencionadas se refieren al ministro de Justicia, VIadimir Terebilov, que pasa a ser presidente del Tribunal Supremo y que ha sido sustituido por Boris Kravtsov, y al presidente del Comité Estatal de Industria Forestal, un puesto, que estaba vacante y que pasa a ser ocupado por Aleksei Zverev.

El secretario general del PCUS y el presidente del Presidium del Soviet Supremo, Konstantin Chernenko, presidió ayer la sesión parlamentaria rodeado de Gromiko, Ustinov y Tijonov, que figuraban en lugares destacados.

Mientras Tijonov pronunciaba su discurso, muchos diputados hojeaban en sus asientos el Pravda del día, cuya portada era idéntica a la que se publicó hace cinco, cuando se inició la anterior legislatura. Sólo la fotografía de Breznev ha cedido su espacio a la reproducción de una de Chernenko. Entre ambas ediciones, quedaban los 15 meses del mandato de Yuri Andropov, durante los cuales se registraron más de una veintena de relevos al frente de carteras ministeriales.

Nikolal Tijonov, que desempeña el cargo de jefe de Gobierno desde el año 1980, año en que sustituyó a Aleksei Kosigin, abogó por el refuerzo de la alianza política y defensiva del Pacto de Varsovia y por la profundización de la cooperación económica entre los países miembros del Comecón (Mercado Común Socialista). La próxima cumbre económica de esta organización "ayudará a aumentar la efectividad de la cooperación entre los Estados fraternales", dijo Tijonov. Esta cumbre, que debe de contar con la presencia de los secretarios generales de los partidos comunistas de los países miembros, ha sido aplazada en numerosas ocasiones y podría celebrarse durante la segunda quincena del próximo mes de mayo o a principios de junio, según manifestaron a esta corresponsal fuentes de un país de Europa del Este.

Tijonov reiteró las acusaciones soviéticas contra Estados Unidos en el asunto de los euromisiles y señaló que sólo el desmantelamiento de los cohetes Pershing 2 y de los misiles de crucero ya instalados en territorio de Europa Occidental abriría la oportunidad de continuar el diálogo. En el ámbito de política interior, Tijonov hizo hincapié en la necesidad de utilizar mejor las potencialidades disponibles. El Soviet Supremo aprobó, por otra parte, las directrices de la reforma escolar, que fue presentada por Geidar Aliev. El proyecto prevé el comienzo de la escolarización a los seis años y una mayor vinculación entre la formación académica y el sistema productivo.

Durante los meses que ha durado el debate, uno de los temas que más ha aflorado es el escaso prestigio de la profesión de maestro, debido a que los sueldos que éstos cobran son bajos. La reforma prevé duplicar la proporción de alumnos que se orientan hacia escuelas de formación profesional, lo que supondrá una mayor selección de cara al ingreso en la universidad e institutos superiores.