Convivir con la enfermedad durante 24 años

El profesor Pinillos no sólo es una autoridad científica sobre la psicología oncológica, sino un ejemplo viviente: le diagnosticaron un tumor maligno hace 24 años, por eso puede hablar desde las dos vertientes del problema. "La impresión que produce la noticia es muy profunda. Yo experimenté primero una fase de negación radical, de rebelión ante la evidencia. Luego, poco a poco y con un gran sufrimiento moral, intenté reaccionar de una forma positiva, por ejemplo, manteniendo a rajatabla todos mis compromisos y mis proyectos de futuro. Hice girar mi vida sobre estos proyectos y me apoyé en la idea un poco ingenua de la curación por el espíritu. Pensaba en las cosas que había pensado hacer, y decidí que por mí no iba a quedar".La primera consecuencia del diagnóstico para el paciente es que, de repente, se queda sin futuro. O lo tiene muy incierto, cuando toda su vida precedente está organizada en base al futuro. Las cosas nunca vuelven a ser como antes. "Aunque la reacción sea la más positiva posible, queda uno marcado para toda la vida. Es imposible evitar lo que yo llamo la descarga ante cualquier síntoma, una simple ronquera, un dolor, un ganglio. Esta sensación es inextinguible y lo único que puede hacerse es intentar superarla racionalmente".