El estado de ánimo es un factor clave en la aparición y desarrollo del cáncer
El estado de ánimo y las condiciones socio-culturales en que se encuentra un individuo son factores clave en el origen y desarrollo de las enfermedades cancerosas. Los recientes investigaciones han demostrado que entre el estado de ánimo y el origen del cáncer existe una relación, pero se desconoce cuál es su alcance. Y está plenamente demostrado que influye en el desarrollo de la enfermedad, que una depresión profunda acelera el crecimiento del tumor. De ahí que los ponentes y participantes en las Primeras Jornadas de Psicología Oncológica organizadas por la Asociación Española contra el Cáncer en Barcelona reclamen una atención psicológica, por parte de equipos profesionales multidisciplinares, que ayuden al enfermo a afrontar su nueva situación.
Preparar al enfermo para la muerte. Ésta era la principal preocupación de los ponentes de las jornadas internacionales sobre psicología del cáncer celebradas en Argentina en 1964. El problema planteado en las jornadas celebradas en Barcelona durante el jueves y el viernes de la semana pasada ha sido radicalmente distinto: preparar al enfermo para la vida. El problema es de la máxima importancia, si se tiene en cuanta que en España, una de cada cuatro personas sufre un cáncer en algún momento de su vida. Entre una y otra actitud existe un importante progreso en la investigación sobre las causas y evolución de la enfermedad, sobre todo, un mayor porcentaje de curaciones. Hoy, el 40% de los enfermos de cáncer sobreviven a los 20 años de serles diagnosticada la enfermedad. En 1960 apenas sobrevivía el 10%.Paralelamente a las investigaciones biológicas, se han desarrollado en los últimos años importantes estudios sobre los aspectos psicológicos asociados a la aparición de la enfermedad. Los resultados de estos estudios apuntan hipótesis sorprendentes, aunque no nuevas, según explica la doctora Elena Ibáñez, del Hospital Clínico de Valencia: "La teoría de que las personas depresivas son más propensas a padecer cáncer es antiquísima. Hipócrates ya hablaba de ello. Pero la evolución de la medicina centró las investigaciones en los aspectos biológicos, hasta que, en la década de los cincuenta, el profesor Leshan reemprendió las relativas a los factores psicológicos".
Estas investigaciones han dado resultados muy contradictorios. El último, realizado en 1983 por el profesor Shekeller en Estados Unidos, por primera vez sobre una amplia muestra de enfermos, concluye que tras una depresión personal profunda, existe un periodo de 17 años de riesgo en el que puede aparecer la enfermedad. Sin embargo, ¿qué se entiende por depresión profunda?. Bastante más fiables parecen, en cambio, los estudios bioquímicos realizados recientemente por el grupo Anisman, en los que se demuestra que ciertos estados depresivos provocan en el organismo una disminución de los sistema inmunovigilantes que facilitan la aparición del cáncer.
También está plenamente demostrado, según la doctora Ibáñez, que un estado depresivo acelera el desarrollo del tumor."Las corrientes más recientes", indica el profesor Pinillos, catedrático de Psicología de la Universidad de Madrid, "tratan de estudiar las estrategias de resolución de los problemas que ha desarrollado el paciente, en las que influyen tanto aspectos endógenos del carácter, como factores adquiridos en el aprendizaje de la vida. Sólo esta teoría de las estrategias puede explicar que en dos personas con igual diagnóstico y pronóstico, la enfermedad evolucione de forma diferente".
En general, se considera que la actitud de negación consistente en no querer aceptar la realidad, pretender ignorarla, acelera su desarrollo. En cambio, se considera un factor muy positivo de cara a la curación la otra actitud de negación: la de la persona que asume la realidad, pero no la acepta y se rebela contra ella. La clave está, pues, en la aceptación o no de la realidad.
