Los cambios en el partido y en el Gobierno argelinos favorecen a Chadli Benyedid
En la Argelia actual todos los caminos llevan a la presidencia de la República, y dentro de ésta, al propio presidente, Chadli Benyedid. Hoy más que nunca, o más bien como siempre, el poder está altamente centralizado y el jefe del Estado mueve realmente todos los hilos. No se dispone nada sin su aprobación, pero con su bendición todo es posible. A su activo se ha de añadir que todo se lleva a cabo con gran discreción y sin las movilizaciones tumultuarias de sus antecesores, ya que hoy los dirigentes argelinos parecen estar convencidos de que la conducción de una acción es un problema técnico, de datos y cifras y, en la era de la informática, de ordenadores.El quinto congreso del Frente de Liberación Nacional, partido gubernamental, celebrado en diciembre pasado, que consagró el liderato de Benyedid, le ha permitido desde entonces introducir algunos cambios importantes en el aparato del partido y entre los hombres del Gobierno. La constante de todos esos cambios ha sido obtener una mayor fidelidad a las ideas del presidente de cómo llevar Argelia adelante. Dos hombres extraordinariamente próximos al presidente dirigen el uno y el otro.
Proyectos ambiciosos
Cherif Messaadia no es ningún desconocido en la maquinaria del FLN y es un firme puntal del presidente, que parece desear que el partido sea el factor de aglutinación de lo que los sociólogos llamarían la elite del poder, que en Argelia tal vez se interpreta como la elite de la Administración.Al frente del Gobierno ha sido puesto Abdelhamid Ibrahimi, un amigo personal del presidente Chadli, que tiene la enorme y probablemente gratificante tarea de llevar a la Argelia del próximo plan quinquenal por unos caminos trazados por el quinto congreso. Estos caminos consisten esencialmente en mejorar los rendimientos de la agricultura y en explotar las tierras ahora marginales, con los objetivos puestos en la autosuficiencia alimentarla, el desarrollo de los recursos hidráulicos, la extensión de servicios hasta ahora urbanos a las áreas rurales para estimular el retorno de quienes en los últimos 20 años emigraron a Europa o a la periferia de Argel, Orán o Constantina.
Libre empresa
Pero el partido FLN, a pesar de algunas apariencias, no es vocacionalmente un partido de masas. Las masas, justamente, le contemplan en las idas y venidas, a toda velocidad, de sus dirigentes en los coches oficiales, precedidos de su cortejo de sirenas y motoristas. No se puede decir que el FLN esté de moda entre los universitarios o intelectuales, y menos aún entre la juventud, pero sí atrae a funcionarios y cuadros de la Administración. Para un país en donde no se conoce -ni permite- la contestación política ni la oposición organizadas en forma de partidos políticos, el partido está concebido como un instrumento de ayuda para gobernar.El primer ministro, Abdelhamid Ibrahimi, estudió en Harvard, fue director de la Sonatrach en Estados Unidos y, posteriormente, ministro del Plan. Bajo la guía de Benyedid, fue quien dirigió la desconcentración de la industria argelina y, según algunos, es partidario de dar un espacio económico a la libre empresa en Argelia.
Por el momento, la pesadez de la centralización estatal se hace sentir en las grandes dificultades e irregularidades para la distribución de los artículos de consumo alimenticios, la escasez y acaparamientos que ello provoca y los altos precios del floreciente sector privado, que cobra cada vez mayor fuerza, aunque sus precios sean muy superiores frente a los suk el fellahs estatales, o comercios para los campeinos.
Desde un punto de vista intelectual, la oferta en librerías o quioscos de prensa, al margen de la nacional, es prácticamente nula. Las vitrinas rebosan de libros técnicos, sobre la utilidad de muchos de los cuales caben serias sospechas. La oferta de prensa se reduce a la oficial: el diario El Muoudjahid y la revista Revolution Africaine, y un semanario, Algerie Actualité, que da cabida a la crítica de la Administración que es permisible por las altas instancias.
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