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Alan Bownes, director de la Tate Gallery, cree que "ahora empezamos a conocer el nuevo arte de los ochenta"

Alan Bowness, director de la Tate Gallery de Londres, opina que "el arte de los años ochenta no puede juzgarse con los patrones de hace décadas". Bowness, profesor de historia del arte y responsable de uno de los museos más prestigiosos y ricos del mundo, ha estado estos días en Barcelona, adonde llegó como jurado del Premio Rembrandt otorgado a Tàpies y en donde ha tomado parte en una reunión informal para la creación de un nuevo museo de arte contemporáneo. Para el director de la Tate, es sorprendente que una ciudad de la tradición pictórica de Barcelona tenga una oferta tan limitada de pintura actual.En su calidad de director de la Tate Gallery, Alan Bowness ejerce la supervisión y el control ejecutivos de uno de los museos más importantes del mundo occidental. La Tate Gallery depende del Gobierno británico a través de un patronato de 10 consejeros designados directamente por el primer ministro. "Estos consejeros", comenta el director, "no son políticos ni reciben retribución; se trata más bien de estudiosos y artistas relevantes que son designados a título honorífico y representan al público. Por ejemplo, de los 10 consejeros actuales, cuatro son artistas de distintos campos: Richard Rodgers, Patrick Harran, Tony Carr y Richard Attenborough".

La Tate Gallery dispone de un fondo de obra articulado en distintas secciones; una de pintura británica desde el período isabelino hasta la actualidad, (que es única en el mundo por la calidad y número de las obras), otra de escultura contemporánea, una de pintores no británicos de finales del siglo XIX y principios del XX y una colección de pintura actual.

1.080 millones al año

En la Tate Gallery trabajan un total de 350 personas, de las que 160 son guardianes, 130 cuidadores, archiveros y restauradores y el resto personal administrativo y ejecutivo. El museo recibe más de un millón de visitantes al año, la mayoría de ellos durante los fines de semana, y en algunos días de verano llegan a registrarse hasta 10.000 visitantes diarios.La organización interna del museo divide su operación en cinco divisiones distintas; de restauración y conservación, de servicios de exposiciones, de mantenimiento y de administración.

El presupuesto anual de la Tate Gallery es de cinco millones de libras esterlinas (1.080 millones de pesetas), "de los que tres millones se destinan a sueldos y conservación de las obras y otros dos millones se dedican a nuevas adquisiciones", señala Bowness. En este presupuesto no se cuenta el mantenimiento del soberbio edificio de Millford Banks, sede del museo.

"El año pasado, por ejmplo" -añade el director de la Tate- "adquirimos un cuadro bellísimo de Miró para conmemorar su 90 aniversario; se trata de una tela llamada Message d'ami del año 1964. El año pasado también compramos algo de Duchamp y un Desnudo reclinado de Picasso que data del año 1962 y otras obras de menor relevancia, aunque todas ellas de artistas de primera línea. En total, las adquisiciones de 1984 se acercan a 100 obras".

Un museo para Barcelona

En cuanto a proyectos futuros, la Tate Gallery está a punto de experimentar una transformación y una expansión notables. El edificio contiguo al museo -un hospital militar fuera de uso-está siendo acondicionado para albergar la colección Turner del museo -sin parangón en el mundo- y su nutrida colección de escultura contemporánea. Está previsto que el Pabellón Turner se inaugure hacia mediados de 1985. "En cuanto a la escultura", dice Alan Bowness, "teniendo en cuenta la tradición escultórica británica, nos ha parecido indicado prestar la atención debida a este arte".Los dos días de estancia en Barcelona del director de la tate Gallery comprendieron un apretadísimo programa de actividades en el que un punto notable fue una reunión en la que tomaron parte responsables en materias culturales del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Cataluña, así como artistas y críticos barceloneses y directores de varios importantes museos y galerías europeos. Ésta fue una reunión preliminar para discutir la fundación de un Museo de Arte Contemporáneo en Barcelona, idea que Bowness apoya entusiásticamente.

"Por supuesto, no puedo hablar como director de la Tate Gallery, ya que éstas son materias que hay que consultar con los consejeros, pero a título personal apoyo totalmente la idea de un museo de arte contemporáneo en Barcelona ".

"Una de las cosas que más me han sorprendido en Barcelona", explicó Alan Bowness, "ha sido la poquísima cantidad de pintura contemporánea que puede verse en Barcelona, aunque existen colecciones de artistas concretos muy importantes, como las de Miró y Picasso. En cualquier caso, es extraño que una ciudad de tanta tradición pictórica no ofrezca nada más que el Museo de Arte Moderno, que por organización y por las obras que expone es más del siglo XIX que del XX".

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