El pescado procedente de la CEE no contiene ningún tóxico, contra lo que había anunciado un desconocido grupo vasco

El comunicado de un supuesto Movimiento de Liberación del Golfo de Vizcaya transmitido el jueves por una voz anónima en el programa radiofónico Onda Pesquera, en San Sebastián, en el que se señalaba que había sido inyectado un líquido tóxico en varias partidas de pescado procedentes de la Comunidad Económica Europea, provocó ayer una llamada de alerta del Ministerio de Sanidad a las comunidades autónomas, para que procedieran lo antes posible a realizar análisis de esta mercancia en todo el territorio español. Los controles realizados revelaron que no existía ninguna anomalía en el pescado destinado a las provincias españolas.

Las órdenes dictadas por la Consejería de Bienestar Social de la Junta de Castilla y León de desviar hacia Segovia a todos los camiones cargados con pescado que atravesaran dicha provincia, provocó largos retrasos en la llegada a Madrid y otros puntos de España de más de una veintena de camiones, con el consiguiente malestar de los transportistas que llegaron a sus puntos de destino con cerca de siete horas de retraso.Pese a que fuentes oficiales concedieron escaso crédito al alarmante comunicado de llamado Movimiento de Liberación del Golfo de Vizacaya, el Ministerio de Sanidad estimó imprescindible realizar un control sobre el pescado procedente de la CEE que, de hecho, se hizo extensivo, en la comunidad autónoma de Castilla y León, a la totalidad de los camiones que transportaban pescado con destino a esta zona. Las instrucciones, según un portavoz de dicho ministerio, se limitaban a realizar una inspección ocular y un análisis del cargamento de pescado en los mercados o plazas de abastos de las ciudades.

Sin embargo, en la provincia de Segovia el control se realizó en primer lugar en las carreteras de acceso a Madrid, en concreto, en la nacional I y en la nacional VI, donde fuerzas de la Guardia Civil detuvieron, a la altura del puerto de Navacerrada y a la subida del túnel de San Rafael a la totalidad de los camiones cargados con pescado, desviándoles a la capital segoviana, donde fueron concentrados en una gran explanada junto a la plaza de toros de la ciudad, para proceder a un análisis sanitario de la mercancía.

La orden partió a primeras horas de la madrugada de la Dirección General de Consumo de la Consejería de Bienestar Social de la Junta de Castilla y León, cuyo responsable, Juan José Francisco Polledo, solic:tó auxilio a la gobernadora civil de Segovia, Cristina Martín Bustamante para llevar a cabo el traslado a Segovia de los camiones con pescado que a su paso por esta provincia no tuvieran un certificado de haber sido inspeccionados anteriormente, según declaró ayer la propia gobernadora al corresponsal de EL PAÍS en Segovia, Pedro Vicente.

De la veintena de camiones desviados sólo dos procedían directamente de la CEE, mientras que el resto provenían de distintos puntos de la cornisa Cantábrica. Todos ellos permanecieron durante más de siete horas en un descampado junto a la delegación territorial de Bienestar Social, a la espera de que se efectuase el análisis de su carga, que se limitó a una mera inspección ocular, realizada por la mañana, y en la que no se apreció ningún tipo de anomalía en la calidad de los productos. únicamente se descubrió la falta de guía sanitaria en una furgoneta que transportaba sardinas desde Zaragoza, destinadas a harina de pescado, cuyo cargamento fue requisado.

El malestar entre los camioneros afectados fue patente, máxíme cuando -después de pasar la inspección tuvieron que esperar varias horas hasta que se les hizo entrega de los certificados acreditativos. Durante el resto de la jornada la Guardia Civil continuó controlando el paso de todos los camiones con pescado por las citadas carreteras nacionales y tomando datos de los mismos a fin de garantizar su posterior análisis sanitario en Madrid.

Durante toda la noche del jueves al viernes una comisión de autoridades sanitarias y de consumo y veterinarios inspeccionó meticulosamente, según palabras del propio Francisco Polledo, los citados productos "hasta comprobar que no había por qué alarmarse, ya que el pescado que llegó a los mercados centrales no ofrecía problemas; eso sí se puso a la venta con algún retraso, debido a esta vigilancia especial". A los compradores minoristas se les expidieron albaranes y certificados que garantizaban las buenas condiciones de la mercancía. Informa desde Valladolid Luis Miguel de Dios.

La consejería de Bienestar Social de la Junta de Castilla y León hizo pública a media mañana de ayer una nota en la que explicaba las razones de la operación y aseguraba que "de los exámenes practicados no se desprenden especiales situaciones de alarma". En el escrito no se habla de que la Junta diera orden de retener a los camiones con destino a provincias ajenas a la comunidad de Castilla y León.

Falsa alarma en Euskadi

Las instrucciones del Ministerio de Sanidad y Consumo dirigidas a todas las comunidades autónomas se tradujeron también en una rápida acción de de los funcionarios del departamento de Sanidad del Gobierno vasco que inspeccionaron ayer la lonja de Vitoria, Mercabilbao y los mercados guipuzcoanos, sin encontrar indicios de toxicidad en el pescado procedente de la Comunidad Económica Europea. La inspección, efectuada de forma superficial, se limitó en la mayoría de los casos a comprobar si las cajas habían sido forzadas, si el pescado poseía colores extraños, o si el volumen de hielo era inferior al normal.

Rafael Oreguí, responsable del control alimentario del departamento de Sanidad del Gobierno autónomo, indicó ayer que es muy probable que la amenaza hecha pública a través del programa radiofónico, Onda Pesquera, sea en realidad una falsa alarma, según informa desde San Sebastián José Luis Barbería. Sus autores, afirma Oregui, se proponían, con toda probabilidad, introducir el temor entre los consumidores y obstaculizar la comercialización y distribución del pescado procedente de la CEE.