Diálogo de la orquesta de Leipzig
Ante un público entusiasta, que, sin embargo, no llegó a llenar la sala del teatro Real, tocó su primer programa la orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, dirigida por Kurt Masur. Entre la Sinfonía italiana de Mendelssohn y la Séptima de Beethoven, los músicos de la República Democrática Alemana nos hicieron oír el concierto para trompeta, percusión y orquesta de Siegfried Matthus. Se trata de un compositor prusiano, nacido en 1934 y discípulo de Wagner-Regeny y Hans Eisler, cuyas líneas estético-técnicas sigue más o menos puntualmente.
Buena técnica de escritura
Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig_
Director: Kurt Masur. Solistas: Armil Mennel y Karl Mehlig. Obras de Mendelssohn, Matthus y Beethoven.Teatro Real. Madrid, 26 de marzo.
Matthus, que cuenta en su haber con varias óperas, entre ellas una sobre El lazarillo de Tormes, luce en el concierto una buena técnica de escritura puesta al servicio de ideas puramente instrumentales, aun cuando el discurso general evoque la naturaleza propia de la acción dramática. Muy brillante para el trompeta solista y el percusionista (Armil Mennel y Karl Mehlig actuaron dentro de una excelente línea virtuosística), la orquesta dialoga, acompaña, contrasta, juega, a veces diríamos que se divierte con la acción de los personajes principales. En cuanto a lo estético, la alusión a los maestros de Matthus nos habla de una dirección: la que en parte se deriva todavía de la denominada "música utilitaria", y en otra parte obedece a conceptos músico-dramáticos defendidos por Bertold Brecht, uno de cuyos colaboradores fue precisamente Eisler.La versión dada por Kurt Masur de la Séptima sinfonía beethoveniana fue brillante, expresiva, viva de andadura y de matices, y al mismo tiempo tensa, aunque deliberadamente ausente de dramaturgia musical. Menos conseguida me pareció la Italiana de Mendelssohn, porque el apresuramiento de los "tiempos" trivializó el curso de una partitura cuya belleza reside en la serenidad de su contenido y de sus formas.
Herencia europea
La orquesta de Leipzig es, como cualquiera sabe, una de las gran des herencias musicales de Europa. No en vano es la más antigua de Alemania, y su tradición arranca de Juan Sebastián Bach, para proseguir con Beethoven, Bramhs, Bruckner, Chaikovski y Mendelssohn hasta llegar a los grandes monstruos de la dirección moderna: Nikistch, Walter, Klemperer y Konvitzny, de los que es continuador Kurt Masur (Silesia, 1927). Hoy el conjunto sinfónico conserva una calidad extraordinaria, particularmente por la belleza flexible de sus cuerdas, bastante por encima -salvo en el caso de los oboes- de las secciones de viento. En todo caso, estamos ante una gran orquesta, que puede situarse tras las superorquestas de Europa y América, desde la Filarmónica berlinesa a la Sinfónica de Chicago.
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