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Entrevista:

Según Sobejano, experto en 'La Regenta', Clarín es un ejemplo de romanticismo crítico

El profesor Gonzalo Sobejano cerró el ciclo de ponencias que sobre Clarín y su obra se han celebrado en Barcelona, en conmemoración del centenario de La Regenta, publicada por primera vez en esta ciudad. Sobejano inicia mañana un ciclo de conferencias en la Fundación March de Madrid, en las que abordará la obra y estilo de varios escritores españoles contemporáneos a través de sus obras más significativas. Mañana hablará sobre Cela y La familia de Pascual Duarte. El jueves, día 29, Sobejano comentará la obra El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio. El próximo martes, 3 de abril, la conferencia versará sobre Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos, y finalmente, el jueves, Sobejano comentará la obra de Juan Benet Saúl ante Samuel.

Todos los ponentes del ciclo barcelonés han analizado o citado fragmentos de La regenta; todos han utilizado invariablemente la edición crítica preparada por Sobejano para la editorial Castalia. Este dato da idea del respeto que merece su obra crítica entre sus colegas.Gonzalo Sobejano está apurando los últimos tres meses del año sabático con que las universidades estadounidenses dan un respiro a sus enseñantes. Por esta razón lleva varios meses en España. Desde hace 30 años viene impartiendo sus clases entre universidades de la República Federal de Alemania y Estados Unidos. Ahora es catedrático de la Universidad de Pennsylvania, donde enseña literatura española del Siglo de Oro y del siglo XX, y es, asimismo, uno de los 14 miembros de la Hispanic Society of America.

Pregunta. Usted ha señalado importantes diferencias entre Emma Bovary y Ana Ozores y, en general, entre la novela de Flaubert y La regenta. ¿No cree que la calificación de La Madame Bovary española ha perjudicado a la novela de Clarín?

Respuesta. Ha podido perjudicarla ante lectores poco enterados, pero quien conoce bien ambas novelas tiene que admitir que la influencia de la novela de Flaubert en la de Clarín (influencia indudable) no estorba a la originalidad del escritor español. No hubo plagio: hubo conocimiento, asimilación, inspiración. Todo escritor se forma en la lectura atenta y cuidadosa de otros escritores que admira, y Leopoldo Alas admiraba con mucha razón a Flaubert, como tantos otros escritores de la época, y además tenía con él hondas afinidades de temperamento, carácter y visión del mundo.

P. En un artículo suyo, para la revista Quimera, usted contemplaba al magistral Fermín de Pas como un héroe romántico cuyo ideal amoroso se frustra, al igual que se malogra el de Ana Ozores. ¿Puede aclararnos más esta teoría?

R. Fermín de Pas busca, como Ana Ozores, un amor plenario, un amor tan completo y perfecto que no tiene nombre. Ambos se contemplan como dos almas enamoradas de lo infinito. Es una declaración de romanticismo, en el sentido fuerte y puro de la palabra: aspiración al infinito.

P. Durante el simposio dedicado al centenario de La regenta se han analizado aspectos de la obra clariniana que pudieran delatar un romanticismo encubierto. ¿Ha sugerido usted alguna vez la existencia de un romanticismo crítico posterior al realismo en las letras hispanas, al que pertenecería Clarín?

R. Sí, es el romanticismo de que hablo en el caso de Flaubert. No se trata de un primer romanticismo, sino de un romanticismo autocrítico, de la desilusión y, por tanto, muy refrenado por la realidad, muy en contraste con la realidad. El primer romanticismo era ingenuo, trataba de eliminar la prosa de la vida, pero este romanticismo crítico acepta la prosa y la lucha de la vida, aunque estos románticos estén previamente convencidos de que esa lucha conduce a una derrota para ellos.

P. ¿Qué parte de la obra clariniana está más desatendida?

R. La biografía de Clarín. En los últimos años, la recogida de materiales, artículos y documentos inéditos ha sido muy rica, pero no ha habido nadie que la haya coordinado. Y una biografía de Clarín es una necesidad básica (y perentoria) para los estudiosos de su obra. La regenta está siendo muy estudiada, y será muy estudiada como obra de arte que es. Su único hijo se ha editado bien, y los relatos están siendo reeditados, analizados e interpretados. En cambio, la obra crítica de Clarín necesita un estudio más profundo y serio, porque acerca del crítico Clarín abundan los tópicos.

P. ¿Cree usted que Clarín ha influido en los novelistas españoles actuales? ¿En qué medida?

R. Le puedo asegurar que Cela,, Miguel Delibes, Juan Goytisolo y Juan Benet colocan y aprecian la obra de Clarín. Pero la utilización, claro, es otra cosa. La utilización es muy lejana. Más que utilizar temas, motivos, formas, lo que han hecho, creo, es producir novelas dentro de una madurez y una exigencia artística extrema, y en este aspecto se aproximan a Clarín. Además hay otra coincidencia: muchos de estos novelistas son buenos críticos literarios, críticos de novelas, teóricos, como Juan Goytisolo y Benet, con sus ensayos; Delibes y Cela, un poco menos.

P. ¿En qué estima tiene a los narradores españaoles conocidos en los últimos años?

R. He leído a bastantes, desde luego. De los que yo conozco, un autor que me gusta mucho, aunque no me interesan demasiado los asuntos de sus narraciones, es Álvaro Pombo, del que aprecio mucho su arte; también me interesan José María Merino, autor de El caldero de oro, y Lourdes Ortiz, y las primeras novelas de Vaz de Soto. Hay muchos que he leído y que francamente no me han gustado, porque buscan más el experimento por el experimento, sin motivación profunda. Pero prefiero los novelistas de los años cincuenta, no por lo que escribieron entonces, que yo aprecio mucho, sino porque han seguido escribiendo. Los hermanos Juan y Luis Goytisolo, Ferlosio, Marsé, Hortelano, Benet... Todos esos novelistas que empezaron con la novela social o realista, que luego ha mostrado gran imaginación.

P. ¿Tiene usted en perspectiva volver a España?

R. Algunas veces se me ha propuesto, en privado, venir, y es una posibilidad que no excluyo en el futuro. Lo que ocurre es que mi futuro profesional no es muy largo. Claro, hay una dificultad de orden personal, que es la de readaptarse profesionalmente después de estar en el extranjero más de 30 años.

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