El ingreso español en la CEE, "imperativo urgente" para los socialistas europeos

El Congreso de la Unión de los Partidos Socialistas de la Comunidad Europea, del que es miembro de pleno derecho el PSOE, debe aprobar hoy un manifiesto común de los socialistas de cara a las elecciones de junio al Parlamento Europeo. El proyecto de resolución recoge el mínimo común denominador sobre la integración europea y considera como un "imperativo político urgente" la adhesión de España y Portugal a la CEE, con la perspectiva de un ingreso en 1986.

La delegación del PSOE está encabezada por Alfonso Guerra, en calidad de vicesecretario general del partido. Hoy tomará la palabra para defender, entre otras cosas, una resolución de la Unión sobre la necesidad de una cooperación europea en la lucha contra el terrorismo, tema en el que no entraba el proyecto de manifiesto.Guerra llegó acompañado de Elena Flores, Santiago Gómez Reino, Guillermo Galeote y Luis Planas. Desde 1977, el PSOE y el Partido Socialista portugués son miembros de esta Unión, formada por los socialistas de los diez, con la excepción del PASOK griego. Ya en 1979, como en esta ocasión, el PSOE participó en la redacción del manifiesto que entonces no prosperó. Guerra apreció el hecho de que todos los partidos socialistas de la CEE apoyen la adhesión de España y Portugal, y muy especial mente el francés, que lo hace con más fuerza desde que ocupa la presidencia del Consejo de la CEE.

La ampliación de la CEE a España y Portugal "es un imperativo político urgente", según el proyecto de manifiesto común, que se refiere a la contribución "a la consolidación de la democracia y al progreso económico" de estos países. Es más, "la nueva ampliación es esencial para la propia CEE", al reequilibrar su norte y su sur. El texto recuerda los problemas internos de la Comunidad, pero señala que, "paralelamente a la solución positiva" de estos problemas, "la negociación de la ampliación a España y Portugal debe ser resuelta lo más rápidamente posible, en la perspectiva de un ingreso en 1986".

'Trabajo, paz y libertad'

Del 10 al 17 de junio se celebrarán las segundas elecciones directas en los diez al Parlamento Europeo. En 1979, los socialistas de la CEE -que cuentan con el mayor grupo en el Parlamento Europeo- no lograron ponerse de acuerdo sobre un manifiesto común de cara a aquella primera e histórica convocatoria.

El proyecto de manifiesto, bajo el lema de Trabajo, paz y libertad, es una postura minimalista frente a la integración europea, dadas las divergencias que existen entre los diez, y que se reflejan en sus respectivos partidos socialistas.

Eso sí, el texto se lanza en grandes ideas sobre nuevas políticas comunitarias de empleo, tecnología, energía o desarrollo social y regional, y pide que se asegure a los inmigrantes en la CEE sus condiciones de vida y de dignidad. "No digamos que es la crisis de los otros", señaló Joop den Uyl, presidente de la Unión y ex primer ministro holandés, "de los capitalistas, y no nos lavemos las manos".

En el terreno de la seguridad, los pasos son sumamente tímidos. El texto constata "la ausencia de competencias de la CEE en materia propiamente militar", recoge los desacuerdos de los socialistas sobre la cuestión nuclear y pide un aumento de la influencia de la CEE "por medio de relaciones políticas".

La novedad -significativa- en este terreno es la "necesidad de una posición independiente para Europa", reforzando su acción en los "aspectos políticos" de la seguridad europea, superando el enfrentamiento de los bloques y luchando por la distensión y la negociación. Por otra parte, los socialistas reiteran su apoyo a la democratización de América Latina e insisten en la necesidad de una mayor ayuda de la CEE al Tercer Mundo.