El Gobierno de Bélgica considera 'imperativo' que España sea miembro de la CEE en 1986
FELIX BAYÓN / ANDRÉS ORTEGAEl primer ministro belga, Wilfried Martens, consideró ayer "imperativo" que España "llegue a ser miembro de pleno derecho de la Comunidad Económica Europea en la fecha prevista del 1 de enero de 1986". Martens hizo esta afirmación anoché durante los brindis pronunciados en la cena de gala que ofreció al presidente del Gobierno español, Felipe González, que se encuentra en visita oficial a Bélgica.
González expresó el agradecimiento del Gobierno, español por el apoyo que Bélgi cg le presta ante la CEE y añadió que, "de la misma forma que Europa sin España es una Europa amputada de uno de sus miembros constituyentes, es difícilmente concebible un futuro para España fuera del marco europeo"."Nuestra integración en Europa contribuye también de forma destacada a la seguridad de ninestro continente. España es parte de Occidente y asume la cuota de responsabilidad que le corresponde en la defensa de ese conjunto", añadió Felipe González, en una alusión indirecta a la permanencia de España en la OTAN, con la que el Gobierno de Bruselas se muestra favorable, según volvió a repetir ayer el propio Martens.
"La pertenencia de España a la Europa occidental", dijo el presidente del Gobierno español, "se basa en imperativos geográficos, históricos y culturales, pero también en el deseo del pueblo español de compartir su destino con la comunidad de países democráticos europeos. El Gobierno quepresido lleva a cabo, con prudencia y firmeza, la labor de modernizar nuestra sociedad y profundizar su vida democrática".
En una referencia al posible referéndum que cuestione esta opción, el presidente del Gobierno español añadió que España se reservaba "el definir de modo soberano las modalidades concretas de participación en los mecanismos de seguridad colectiva con arreglo a lo que en, su momento decida la voluntad libremente expresada del pueblo español".
Acuerdo hispano-comunitario
En el diálogo que González y Martens entablaron por la mañana, el presidente español reiteró la necesidad de que el acuerdo hispano-comunitario niantenga un equilibrio entre su parte industrial y su parte agrícola y que contemple para ésta un período transitorio inferior al de 10 años propuesto por la CEE.
El ministro español de Asuntos Exteriores Fernando Morán, por su parte, informó a su colega belga de que la próxima semana el Parlamento español debatirá el documento agricola que la Comunidad Económica Europea entregó a España el pasado mes de febrero. El jefe del Gobierno español pidió que la cumbre europea que se celebrará los próximos 19 y 20 de marzo fije la fecha de adhesión. El Gobierno belga, por otra parte, no parece muy optimista por las soluciones que pueda aportar esta cumbre a los problemas internos del Mercado Común y habla de la del mes de junio.
Ambas delegaciones examinaron la capacidad de sus respectivas industrias para trabajar en colaboración, tanto en España -en proyectos de infraestructura y en la modernización de la RENFE- como en proyectos en países terceros, aludiendo explícitamente a la construcción del metro de Panamá y de un aeropuerto en la India.
Sólo al final de su discurso se refirió González al problema del terrorismo, que viene siendo uno de los temas básicos de su visita a Bélgica, dado que España tiene planteada la petición de extradición de dos etarras que se encuentran detenidos en este país, en el que además viven otros muchos terroristas vascos.
Felipe González destacó la necesidad de que los Estados democráticos europeos se unan para defenderse, "de forma solidaria y concertada" ante "la amenaza común que supone la violencia utilizada por diversos grupos con pretendidos fines políticos".
La visita oficial de González a Bruselas comenzó ayer por la mañana, al ser recibido en el palacio de Egmont por su colega Martens. Después de que una banda de música ejecutara los himnos nacionales de ambos países, y cuando ya los dos jefes de Gobierno se disponían a entrar en el edificio, comenzaron a sonar los compases de Cumpleaños feliz en improvisado homenaje al presidente español, que ayer, como recordaba la Prensa de Bruselas, cumplía 42 años.
Durante dos horas, en el palacio de Egmont, Felipe González conversó, además de con Martens, con los ministros belgas de Asuntos Exteriores, Finanzas, Justicia e Interior. Paralelamente, Fernando Morán dialogó con su colega belga, Leo Tindemans, con el que cambió impresiones sobre la OTAN, Latinoamérica y África.
A mediodía el rey Balduino recibió en audiencia a Felipe González en el castillo de Laeken. Después de una conversación de media hora, el jefe del Estado belga ofreció un almuerzo al presidente español, al que asistieron también la reina Fabiola y la esposa de González, Carmen Romero.
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