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Saura rueda 'Los zancos' a la espera de la decisión de Hollywood sobre 'Carmen'

Ángel S. Harguindey

El rodaje de Los zancos, de Carlos Saura, se realiza en Torrelodones, localidad próxima a Madrid. Cables, coches, grupos electrógenos, toda la parafernalia del cine, permiten descubrir "la fábrica de sueños". Con guión del realizador y de Fernando Fernán-Gómez, protagonista de la película, Saura cumple una vez más el ritual de transmitirnos sus dudas, sus angustias y esperanzas. Mientras tanto, su penúltima película, Carmen, ha sido seleccionada para el Oscar al mejor filme extranjero.

La acción de Los zancos, de Carlos Saura, transcurre en el chalé de los jóvenes -Laura del Sol y Antonio Banderas-, ella profesora de Instituto, él actor de teatro. Los dos, inquietos, relativamente rebeldes y vitales. La decoración de la casa es sencilla e ideológicamente acorde con quienes creen en Bertolt Brecht, La Barraca o el Festival de Sitges. Un cierto desorden y la monótona repetición de planos."Creo que a Saura le vino la idea de que podía colaborar con él porque en algunos aspectos el guión roza el teatro, aunque sea a un nivel juvenil, y en ese sentido le podía ser útil", dice Fernando Fernán-Gómez, recientemente elegido el mejor actor de España en una encuesta entre especialistas, autor de Las bicicletas son para el verano, uno de los éxitos teatrales recientes y coguionista de Los zancos.

Madurez vital

En Los zancos se describe la evolución de un hombre (Fernando Fernán-Gómez) desde una situación desesperada, al morir la que durante casi una vida fue su compañera, a un renacimiento sentimental y vital al enamorarse de una joven vecina (Laura del Sol) y entroncar con el grupo teatral que pide su colaboración. La historia de amor morirá, pero el maduro profesor habrá salido de la crisis en la que se encontraba sumido antes de vivirla."Pienso", añade Fernán-Gómez, "que mi personaje pierde una compañía amorosa, pero comprende que la manera de evitar la soledad no es la relación sexual, sino potenciar su relación con los demás. En resumen, creo que tanto Carlos como yo lo que pretendimos es mostrar una posibilidad de vivir de cara al futuro, en lugar de vivir en el pretérito, en los recuerdos y, naturalmente, sin querer dar un significado de apuesta o de generalizar o aconsejar."

"Mi idea sobre la soledad y el amor sí concuerda en este caso con el final de la película. Pienso que la soledad se siente más ante un hecho concreto y radical, muerte, abandono o cambio de ambiente. Esta soledad es más la impresión del hecho que otra cosa. Antes o después se acaba resolviendo."

Fernán-Gómez, que ha finalizado su papel en Feroz, de Manuel Gutiérrez Aragón, trabajará en la próxima película del realizador santanderino, La noche más hermosa, y en la próxima película de Jaime de Armiñán, Stico, de la que también es coguionista.

Durante el rodaje de Los zancos, producida por Emiliano Piedra y con un coste aproximado a los 70 millones de pesetas, su director se enteró de la candidatura para el Oscar a la mejor película extranjera de Carmen, peculiar y personal adaptación del personaje de Meriinée, con Antonio Gades y la ya citada Laura del Sol en los papeles protagonistas. "Su selección", explica Carlos Saura, "perturbará un poco el ritmo de trabajo de la película, porque tendré que ir a Los Ángeles, pero, bueno, es parte de la profesión. Ya estuvo seleccionada otra película mía, Mamá cumple 100 años, y no obtuvo el premio por una diferencia de seis votos con El tambor de hojalata, de SchIöndorff. Quizá en esta ocasión tenga una ventaja con respecto a Mamá..., y es que Carmen va estupendamente de crítica y público en Estados Unidos y, concretamente, en Los Ángeles. No sé, ya veremos...".

El éxito de Carmen en el extranjero ha sido espectacular a raíz de las críticas del Festival de Cannes. En la República Federal de Alemania, por ejemplo, ha superado ya los 250 millones de pesetas de recaudación y está vendida a todo el mundo.

"Los zancos", explica su director, "es fundamentalmente la historia de un hombre en un momento de soledad, de angustia. Un hecho que se da mucho en la vida cotidiana: que un hombre se desmorone por la muerte de un ser querido. El personaje de Fernando es incapaz de superar esa catástrofe. Viene a esta casa de Torrelodones huyendo de todo lo que le recuerda al ser querido. Hay un intento de superar esa soledad, pero no puede, y hay también un intento real de suicidio. Luego aparece un nuevo personaje, Laura. La película es en realidad la historia de Ángel, el personaje de Fernando. A partir de la relación sexual, Ángel comienza a no poder olvidar a esta mujer que en un momento dado actuó como una samaritana. La relación con la joven, en realidad, es como una terapia para el hombre maduro que, lentamente, comienza a involucrarse en las tareas de los jóvenes."

"El personaje de Fernando", explica Carlos Saura, "opta por quedarse en el pueblo y con los jóvenes, en lugar de volver a la ciudad, pero no se trata de un canto a la juventud. De hecho, a lo largo de la película se comprueba que los jóvenes también tienen detalles mezquinos, que no son diferentes a los maduros; tienen, eso sí, más vitalidad, pero nada más."

"En mis películas", añade el realizador, "siempre hay un componente autobiográfico. Deprisa, deprisa la hice al irme a vivir a la calle de Atocha y observar las casas, los patios interiores, la gente de las pensiones... Los zancos la hago después de comprarme una casita en Torrelodones, conocer a unos vecinos jóvenes estupendos".

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