Comienza en Pontevedra el juicio por la mayor aprehensión española de contrabando de tabaco
La vista contra 16 tripulantes de los barcos de bandera panameña Tessa y Ceder, apresados el 24 de mayo de 1983, cuando introducían clandestinamente en Pontevedra ocho millones de cajetillas de tabaco rubio americano, por un valor estimado de 1.400 millones de pesetas, comienza a celebrarse hoy en la Audiencia provincial de Pontevedra La operación, que dio como resultado la detención de los tripulantes de ambos navíos, ha sido la más importante realizada hasta ahora por las autoridades españolas en la lucha contra el contrabando. El juicio se celebra en medio de una gran expectación.
Es la primera vez que se tendrá en cuenta el artículo 23 del Convenio de Ginebra sobre el derecho de persecución, por lo que la sentencia puede sentar un precedente, ya que hasta ahora no se conoce que se haya aplicado en España esta normativa. En el apresamiento de los dos barcos, realizado fuera de las aguas jurisdiccionales españolas, participaron las lanchas del Servicio de Vigilancia Fiscal Albatros y la LVR- 11, con la colaboración de la fragata Andalucía, de la Marina de guerra, y aviones del Servicio de Vigilancia de Aduanas.Ha sido la primera vez que barcos extranjeros eran perseguidos y aprehendidos en aguas internacionales mediante la aplicación del artículo 23 del Convenio de Ginebra, que autoriza estas operaciones si hay indicios de que las embarcaciones-nodriza actúan en equipo con otras menores que trasladan la mercancía a tierra. Como resultado de aquella acción se requisaron ocho millones de cajetillas de tabaco, cuyo valor se calculé en 1.400 millones de pesetas, y fueron detenidos los capitanes Georgios Lirakos, del Tessa, y Constantinos Nicolaos, del Ceder, junto a 17 tripulantes más.
Fuga de dos personas
Al llegar a Vigo, dos de los detenidos, un hombre y una mujer, consiguieron escapar sin que hasta el momento hayan sido localizados. El resto de la tripulación fue puesta a disposición del juez de primera instancia e instrucción de Cambados, quien dictó un auto de procesamiento contra los presuntos contrabandistas y una orden de busca y captura contra los fugitivos.Los detenidos han pasado ya nueve meses cumpliendo prisión preventiva, lo cual, a juicio de su abogado defensor, Pablo Vioque, es más de la pena mínima que podría imponérsele a alguno de ellos. La ley orgánica de 13 de julio de 1982 sobre contrabando prevé penas de prisión menor de seis meses y un día hasta seis años, aparte de sanciones económicas. Para el defensor, los tripulantes que no tenían cargos con responsabilidad en los barcos pueden quedar absueltos, o imponérseles una pena menor a los nueve meses ya cumplidos.
La situación de los tripulantes antes de comenzar el juicio ha sido de gran tensión y nerviosismo. El capitán del Tessa, Georgios Lirakos, sufrió una embolia hace pocos días que motivó su traslado desde el hospital General de Galicia a una clínica suiza, tras obtener la libertad sin fianza. La falta de este testigo fundamental para el proceso motivó la solicitud por parte del defensor, Pablo Vioque, de un aplazamiento del juicio, con la condición de que se pusiera en libertad condicional al resto de la tripulación. La petición de Vioque fue mal interpretada por sus propios defendidos, quienes amenazaron con declararse en huelga de hambre si se retrasaba más el juicio, por lo que el abogado defensor retiró la petición.
En estos momentos permanecen en la prisión provincial de Pontevedra otras nueve personas más, acusadas de haber participado directa o indirectamente en alguna actividad relacionada con el contrabando.
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