40 ganaderías implicadas en el fraude del 'afeitado'
Podrían encontrarse las de Miura, Buendía, El Cordobés y Juan Mari Pérez Tabernero
Astas que corresponden a 85 toros pertenecientes a cerca de 40 divisas, distintas, lidiados durante la temporada 1983, han sido detectadas como afeitadas por los veterinarios de la Escuela Nacional de Sanidad, y a partir de su dictamen se abrirán los expedientes de multa o inhabilitación a los ganaderos responsables del fraude. La mayor parte de dichos dictámenes ya ha sido emitida y algunos ganaderos serían inhabilitados por un año. En este caso podrían encontrarse Eduardo Miura, Joaquín Buendía, Manuel Benítez El Cordobés y Juan Mari Pérez Tabernero. También podrían figurar entre los sancionados Ramón Sánchez y Celestino Cuadri.
No hay lista oficial de sancionados ni ha sido posible obtenerla en el Ministerio del Interior, que es el departamento del que depende el espectáculo taurino. La lista a la que hemos tenido acceso -que es incompleta, pues los veterinarios de la Escuela Nacional de Sanidad aún tenían astas pendientes de análisis- nos ha sido facilitada por una caracterizada personalidad del mundo taurino que desea no se haga constar su nombre.Hasta hace una semana había no menos de 30 ganaderos con propuesta de sanción, por el afeitado de 62 toros. El que mayor número de expedientes acumula es Joaquín Buendía, por cinco toros lidiados en Talavera de la Reina, dos en Logroño y uno en Madrid. Pitones de otras corridas de este hierro estaban pendientes de dictamen. El ganadero manifestó, en el transcurso de un coloquio celebrado recientemente en Aranjuez, que la mayor parte de las corridas que lidió en 1983 se las había vendido al empresario Manuel Chopera, el cual se había hecho cargo de muchas de ellas con más de 15 días de antelación a la celebración de los correspondientes festejos. De ser así, la responsabilidad del ganadero quedaría anulada y pasaría al. empresario, según prevé la reglamentación vigente.
Con seis toros afeitados figura El Cordobés. Cinco de ellos se lidiaron en Las Ventas, la tarde de la despedida de Joaquín Bernadó, y la presunta manipulación se apreciaba desde el tendido. Con cuatro, Juan Mari Pérez Tabernero, Atanasio FernIández y Antonio Pérez.
Miura levanta acta
Eduardo Miura tiene sanción por dos toros lidiados, respectivamente, en las ferias de Valencia y Huesca. Astas de otro toro de esta ganadería, lidiado también en Huesca, están pendientes de examen histológico, a petición de los veterinarios que representan a la Administración. Como los restantes ganaderos, Miura presentará recursos contra estas sanciones. Así lo hizo en relación con el toro de Sevilla que le multaron en la temporada 1982, lo cual es habitual y le asiste todo derecho. Pero en aquél caso concreto llamó la atención la voluminosa documentación que acompañó, dentro de la cual figuraba el acta de un notario sevillano, a su vez aficionado y escritor taurino, en la que daba fe de que una funda de pitón encontrada en el campo donde se crían los legendarios toros de Miura, pertenecía precisamente a la res sancionada.Con tres sanciones se encuentran los ganaderos marqués de Ruchena, Bernardino Píriz y Matías Bernardos. Con dos, Isaías y Tulio Vázquez (ambos lidiados en Las Ventas en la feria de San Isidro, mientras que otros dos habían sido rechazados por romos en el reconocimiento), Benjamín Vicente, Lamamié de Clairac y Benítez Cubero. Y con uno, Juan Pedro Domecq, María Luisa Domínguez Pérez de Vargas, Fermín Bohórquez, marqués de Domecq, Valdelama, Santiago Martín El Viti, Juan Andrés Garzón, María Dolores Aguirre, Antonio Ordóñez, Manuel González, El Sierro, La Laguna, Los Guateles y Gabriel Hernández. Según medios ganaderos, a estos se unen Ramón Sánchez y Celestino Cuadri.
Examen biométrico
Los sancionados presentan recurso, pero también ponen en tela de juicio las garantías que pueden ofrecer los métodos que se emplean para análisis de las astas en la Escuela Nacional de Sanidad. A primeros de marzo habrá en Sevilla una reunión, promovida por la Junta de Andalucía, donde presumiblemente harán valer sus argumentos, apoyados por el taurinismo, que en buena parte está a favor del fraude y contra cualquier acción que lesione los intereses de personas tan influyentes como son los criadores de reses bravas.Es centro de discusión el examen biométrico de las astas, que, a juicio de los ganaderos, no ofrece garantías. En estos momentos los veterinarios Ramón Barga y Jesús Bengoechea tienen entablada una dura polémica por esta cuestión, y se cruzan réplicas en el Boletín Informativo del Consejo General de Colegios Veterinarios. Ambos son estudiosos del toro, y Barga fue durante muchos años uno de los encargados de examinar la integridad de los pitones en la Escuela Nacional de Sanidad. Durante la etapa de este último las sanciones por afeitado eran escasas, y hubo un año -1978, precisamente el de la reaparición de El Cordobés- en que no se produjo absolutamente ninguna.
Está comprobado que la rela ción entre la parte maciza del asta (zona dura, la que va desde la punta hasta el comienzo de la médula) y la longitud total del cuerno es de 1 / 5. Según esta regla, si dicho macizo es inferior en longitud a la quinta parte del asta, cabe presumir que ha sido mermada. Sin embargo, para prevenir cualquier variación, la proporcionalidad que se sigue en los análisis de la Escuela de Nacional de Sanidad es de 1 / 7. Este margen de garantía, en contra de lo que argumentan los ganaderos, resulta excesivo, pues supone una tolerancia del 40% o superior. Además hay un dictamen de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Madrid, realizado hace unos 20 años en base al estudio de 400 astas limpias, según el cual esa variación ya quedaría sobradamente protegida si se contemplara la proporcionalidad de 1 / 6.
Por añadidura, Bengoechea demuestra que, con la proporcionalidad 1 / 7, quedan encubiertos numerosos casos de afeitado: "Si, por ejemplo, el asta original tiene una longitud de 50 centímetros, el macizo (aplicada la regla del 1 / 5) deberá tener 10. Pero supongamos que ese asta ha sido mermada fraudulentamente en tres centímetros, sin que le conste al facultativo examinador. Aplicado el coeficiente 1 / 7, el macizo daría 7'14 centímetros, con lo cual no se delataría el afeitado. Sin embargo, ésta es la teoría, pues en realidad lo que recibe el facultativo es un asta mutilada de 47 centímetros de longitud, a la que igualmente aplica el coeficiente 1 / 7, y entonces le resulta un macizo menor, de 6,71 centímetros, por lo que el fraude del afeitado aún queda más protegido".
Según Bengoechea, el análisis biométrico basado en el coeficiente 1 / 7 elimina toda posibilidad de que se dé por afeitado un toro íntegro de astas, pero a la vez permite que pasen por íntegros muchos que fueron manipulados fraudulentamente. A mayor abundamiento, no sólo se hace el examen biométrico, sino también, y de manera conjunta para evitar todo posible error, la observación externa, cortes del asta, estudio de la línea blanca medular, examen con la lupa binocular estereoscópica, examen histológico y otras técnicas. A pesar de lo cual a los ganaderos aún les parece insuficiente. A los ganaderos defraudadores, se entiende.
Babelia
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