Benegas, escéptico ante la promesa hecha por Garaikoetxea de que cooperará con el Gobierno central tras las elecciones

El candidato socialista a presidente del Gobierno vasco, Txiki Benegas, ha recibido con esceptismo la afirmación hecha el domingo por el lendakari Carlos Garaikoetxea según la cual el 27 de febrero -día posterior a las elecciones -tenderá su mano al Gobierno central. "Esa afirmación", declaró Benegas, "contrasta con la práctica política de cuatro años en los que Garaikoetxea no ha tendido esa mano que ahora promete". Benegas hacía estas declaraciones momentos después de que el PSOE de Euskadi presentara en Bilbao las líneas básicas de un Primer Plan Económico para el País Vasco, centrado en la creación de 32.000 puestos de trabajo en los próximos cuatro años y en la potenciación de las exportaciones.

Después de la refriega electoral que han desarrollado Partido Nacionalista Vasco y PSOE el pasado fin de semana, Benegas insistía ayer en la necesidad de vender un mensaje positivo a la población vasca. No obstante, consideraba que, si bien la estrategia de enfrentamiento entre los dos partidos mayoritarios vascos puede desanimar al voto indeciso, al mismo tiempo cabe esperar que sirva para bipolarizar las opciones en la alternativa PNV o PSOE, en detrimento de Herri Batasuna.En este sentido, Benegas no ocultaba su preocupación por la asistencia de cerca de 12.000 personas al mitin celebrado el domingo por HB en el frontón de Anoeta de San Sebastián.

Tampoco podía disimular Benegas el malestar que ha producido en el equipo electoral del PSOE de Euskadi el sondeo publicado el domingo por EL PAIS, que, en voz baja, se califica como "un palo electoral", ya que establece una mayoría absoluta del PNV frente a 12-16 escaños del PSOE. "De nuestro sondeo se deduce", afirmaba Benegas, "que podemos conseguir entre 18 y 20 escaños". En una encuesta publicada el domingo en El Correo Español-El Pueblo Vasco, al PSOE se le concedían 15-16 escaños, frente a los 29-31 del PNV y los 11-12 de Herri Batasuna. Coalición Popular obtenía 9-10; y Euskadiko Ezkerra, 7-9.

Flanqueado por Juan Manuel Eguiagaray, que encabeza la lista por Vizcaya, y por Manuel Escudero, economista del partido, Benegas presentó ayer en Bilbao las líneas básicas del primer plan económico de Euskadi para los años 84-88, "que debe ser concertado", dijo, "con los sindicatos y las patronales, con las diputaciones provinciales, para coordinar sus recursos, y con el Gobierno de la nación". "No hay una solución estrictamente vasca a la crisis económica de Euskadi", matizó Eguiagaray.

"Situación grave"

Los representantes socialistas calificaron la situación de la economía vasca de "mucho más grave que la que quiere presentar el Gobierno vasco", al que acusaron de no haber elaborado en cuatro años un plan económico para negociarlo con las fuerzas pplíticas vascas. Señalaron asimismo que en 1983 el nivel de paro en Euskadi era superior en tres puntos a la media del resto de España, que la evolución del crecimiento en la comunidad autónoma es cero y que "la inversión industrial ha caído en las provincias vascas en picado, hasta el punto de que en 1974 suponía el 15% de la del Estado y en 1982 es del 4,22%".Manifestaron también en el balance negativo de la gestión económica del Gobierno vasco el hecho de que sólo haya dedicado el 6% del presupuesto ordinario de la comunidad a industria y energía, y el 0,2% a la inversión industrial generadora de empleo.

Frente a esta situación, el PSOE de Euskadi propone un plan econórníco basado en nueve políticas concretas, "que deben ponerse en marcha", precisó Benegas, "en un clima de paz, porque en un clima de violencia la reactivación es imposible". La primera de las políticas es la puesta en marcha de forma urgente y prioritaria de planes destinados a mejorar la organización de la producción en sectores como el de fabricación de productos metálicos, construcción de maquinaria y equipo mecállico, que generan empleo y tienen un destacado potencial exportador.

Exportación industrial

El plan confiere especial importancia a la exportación de la industria vasca a los mercados internacionales, ajustando la producción de aquellos productos más competitivos. A ese respecto, se considera prioritaria la aplicación de estos planes a la fabricación de productos metálicos, aparatos y material electrónico e industria de papel y alimentación.El plan económico socialista establece la necesaria coordinación en la comunidad autónoma de los fóridos de promoción de empleo que deben crearse con los planes de reconversión estatales, con las actuaciones de una agencia de promoción de empleo y nuevas empresas.

Las nuevas empresas, según el plan, se crearían dentro de los sectores acogidos a los planes de exportación "a cargo de trabajadores y profesionales en paro, mediante un sistema de créditos fuerternente subsidiados por la administración autónoma. Ello proporcionaría a 4.000 nuevos puestos de trabajo al año".

"Si las previsiones del plan se cumplieran", explicó Benegas, "el producto interior bruto de Euskadi subiría del 2% en 1984 al 3% en 1987, se elevarían las exportaciones de 15.000 millones en 1984 a 25.000 en 1987, se generarían 32.000 puestos de trabajo y la tasa de desempleo bajaría al 18,13%.

Polémico Tierno

Cierto revuelo provocaron ayer en el equipo de la campaña socialista las afirmaciones hechas el domingo en Bilbao por el alcalde de Madrid, Enrique Tierno, quien manifestó que "algunos puntos de la alternativa KAS son negociables". La alt ernativa de la Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS), apoyada por ETA, incluye puntos como la amnistía para los presos vascos, la salida de las fuerzas de orden público de Euskadi, la autodeterminación del País Vasco y la incorporación de Navarra. Deia, el periódico que normalmente leen los simpatizantes del PNV, presentaba ayer la afirmación de Tierno en forma muy destacada.En un desayuno con informadores, Tierno había precisado, no obstante, que "el primer requisito que debe cumplirse inexorablemente es el abandono de las armas por parte de los terroristas".

"A partir de ahí", había añadido, "es cuestión de sentarse a negociar, y yo creo que la Constitución es un camino amplísimo que puede llegar, incluso, más allá de las autonomías".