La margen izquierda del Nervión, un reducto del PSOE en peligro
"Antes de que Sabino Arana naciese, ya había aquí luchas obreras". El alcalde de Ortuella, en la margen izquierda de la ría del Nervión, es, como los de Sestao, Santurce o Portugalete, socialista. La margen izquierda, una gran monstruosidad urbanística donde se hacinan casi un millón de inmigrantes o hijos de inmigrantes, es el gran feudo del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE): el 60% de su votación, se calcula, lo obtiene entre esta inmigración que, de alguna manera, constituye la base del proletariado en Euskadi.
Sestao, con La Naval, y Portugalete son el corazón del renacimiento del PSOE a comienzos de los años setenta: Nicolás Redondo, hijo de militante de UGT y del partido socialista, y padre de militante socialista -el hijo del secretario general de UGT concurre a estás elecciones como candidato por Vizcaya-, forma parte en 1969, junto con Lalo López Albízu, Andrés Paúl y, sobre todo, Ramón Rubial, compañero Pablo en la clandestinidad, de casi el único rescoldo en el interior de un PSOE al que Rodolfo Llopis, desde Toulouse, se empeña en mantener mortecino. Sería el tándem Redondo-Enrique Múgica, primero, y después la conexión sevillana con Alfonso Guerra, Felipe González,Luis Yáñez y Guillermo Galeote, el hilo conductor de aquel pacto del Betis, que, desde octubre de 1974, se haría con el poder en el partido.Hoy, la margen izquierda, junto con poblaciones populosas y abigarradas, como Rentería, sigue siendo la base del voto del PSE en el País Vasco: 160.000 sufragios en Vizcaya, 30.000 en Álava y 15.000 en Guipúzcoa, es decir, unos 80.000 menos que los obtenidos por el PNV, constituyen las últimas cifras electorales de un partido con algo más de'6.000 militantes, 66 agrupaciones y menos de una docena de alcaldes en toda la comunidad autónoma.
La historia formal del PSE arranca de marzo de 1977, cuando, tras haberse aprobado un año antes la estructura federal del PSOE, se celebra un congreso constituyente que elige a José María Txiki Benegas, entonces 28 años, secretario general. Era un abogado, hijo de nacionalista exiliado, que había entrado en el partido, de la mano de Enrique Múgica, en 1972. Con Múgica, inició la reconstrucción del sector profesional del partido, y pronto fundan la Asociación de Abogados Jóvenes en Guipúzcoa, en la que entran Ramón Jáuregui, José Antonio Maturana, Ana Miranda. Algunos de estos nombres serían luego fundamento en la estructura del PSE.
No obstante, Benegas sigue siendo la figura fundamental, por más que en los últimos meses se hubiese ido aproximando insensiblemente a Madrid, hasta el punto de habérséle ofrecido la cartera de Interior en determinado momento del mes de noviembre de 1982, cuando Felipe González aún elaboraba su lista de Gobierno. Benegas es el gran activo de esta campaña electoral, el motor de cambio de planteamientos del PSOE, desde su primera postura a favor de la autodeterminación hasta el antinacionalismo actual.
Ello le ha valido no pocos sinsabores: las paredes de Euskadi le han llenado de pintadas en las que, tras comparar al PSOE con el GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), se califica directamente a Benegas de "asesino". Herri Batasuna ha llegado a utilizar a su propia hermana, Doris, simpatizante de esa coalición, en una campaña de ataques personales que van mucho más allá de lo puramente electoral. Y muchos viejos conocidos abertzales le vuelven hoy la espalda.
Por lo demás, Benegas trata de mantener un equilibrio de moderación que contenga al sector duro del PSE, encarnado, básicamente, por el secretario general de Vizcaya, Ricardo García Damborenea, un médico de 44 años cuyo discurso antinacionalista provoca auténtico furor en las filas del PNV. Y si alguna vez viniese a realizarse el viejo sueño de Benegas, llegar a un Gobierno de coalición con los nacionalistas, no sería con hombres como Damborenea. Enrique Casas, secretario de organización del PSE y secretario general del partido en Guipúzcoa, Ángel Gavilán, secretario general de Álava, y Juan Manuel Eguiagaray, cerebro económico y portavoz de la oposición socialista en el Parlamento de Vitoria, son otros tantos hombres fuertes en la actualidad dentro del PSE. Se considera probable que tras las elecciones el propio Benegas se haga cargo de las tareas de portavoz y jefe de la oposición al PNV, renunciando al escaño de Madrid.
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