Funcionarios, cifras y teléfonos
De los funcionarios creo que ya no queda nada más que decir. Antes, que íbamos pocas horas a la oficina o que ni siquiera íbamos; más tarde, cuando por dar una imagen de cambio rápido nos obligaron a fichar, que íbamos a tener tiempo de hacer el crucigrama entero, y la última, por ahora, que nos gastamos el dinero del Estado en llamadas telefónicas.Pasa a la página 14
Viene de la página 11
En buena parte es cierto, pero también es verdad que todo ello tiene una explicación bien lógica. A los funcionarios nos han equiparado rápidamente con los demás trabajadores en cuanto a horas de trabajo, pero el volumen del mismo sigue siendo desigual, es decir, nulo para algunos, los más, y agobiante para otros, y esto sí que no es culpa nuestra.
Por otro lado, después de gritar a los cuatro vientos que los funcionarios ya trabajaban, se olvidaron de decir que los sueldos no sólo no han cambiado, sino que cada vez tienen menor poder adquisitivo en comparación con el salario de cualquier obrero de la empresa privada, y encima no se pueden negociar las subidas anuales.
Teniendo en cuenta lo anterior y las constantes subidas de las tarifas telefónicas, a cualquiera le resulta lógico que hagamos por la mañana, gratis, las llamadas telefónicas que por la. tarde, en casa, nos costarían un dinero que no ganamos.
Y puestos a pedir austeridad, a ver si alguien me puede explicar por qué cada vez que viene un alto cargo nuevo (y ahora son infinitos) se fabrica un despacho nuevo, con decoración moderna, según gustos, y, por supuesto, sin reparar en gastos.
Seamos austeros, pero todos. Y ya está bien de medidas inútiles que sólo sirven para contentar a la galería. /
Auxiliar de la Administración civil del Estado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.