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Las Brigadas Rojas reivindican el asesinato del director de la fuerza de paz en el Sinaí

La organización terrorista de extrema izquierda Brigadas Rojas (y, más concretamente, el Partido Comunista Combatiente, una de sus ramas más radicalizadas) se atribuyó ayer el asesinato, en Roma, del diplomático norteamericano Leamon Hunt, coordinador de la fuerza multinacional en el Siriaí. Hunt fue abatido por varias ráfagas de ametralladora disparadas por un comando de tres hombres.La acción terrorista se produjo cuando, en Líbano, el presidente Amín Gemayel está a punto de denunciar el acuerdo israelo-libanés, de mayo del pasado año, sobre la retirada de fuerzas extranjeras del país, tras las severas derrotas sufridas en los últimos días por el Ejército regular a manos de chiitas y drusos. Éstos últimos consiguieron ayer separar las fuerzas cristianas del norte y sur del país, al ocupar la estratégica ciudad costera de Jalde, con lo que lograron, al mismo tiempo, un acceso al mar.

La persona que se atribuyó telefónicamente la acción, en nombre del Partido Comunista Combatiente, gritó: "¡Fuera las fuerzas imperialistas de Líbano!, ¡Italia, fuera de la OTAN!, ¡No a los misiles en Comiso!", al tiempo que aseguraba: "Hemos asesinado al garante de los acuerdos de Camp David", informa Juan Arias desde Roma.

En Líbano, el presidente Gemayel ultimaba ayer sus consultas, "orientadas a la abrogación del acuerdo israelo-libanés del 17 de mayo de l983", según indicó la Radio Nacional Libanesa. Ésta es una exigencia reiterada desde hace tiempo por las fuerzas antigubernamentales, que, sin embargo, ahora no parece que se vayan a dar por satisfechas con esta concesión presidencial, señala Ignacio Cembrero desde Beirut.

Tanto el druso Walid Jumblat como el chiita Nabih Berri repitieron ayer que Gemayel debe dimitir. Jumblat quiere una dimisión pura y simple y un exilio para el presidente, algo parecido a un derrocamiento, mientras que el dirigente chiita ha insistido en que lo que ellos quieren "no es derribar al presidente sino que buscamos su dimisión" para que, después, "los cristianos maronitas elijan otro presidente maronita". "No queremos que Líbano sea un país cristiano, pero tampoco queremos que sea musulmán", declaró Berri a Le Monde.

Washington desea que Gemayel se mantenga en el poder aunque tenga que hacer importantes concesiones a la oposición. EE UU ya ha dejado claro que continuará apoyando firmemente al presidente libanés aunque éste se decida a abrogar lo que, para el secretario norteamericano de Estado, George Shultz, es la única fórmula que garantiza una retirada de las fuerzas israelíes".

Páginas 2 y 3 Editorial en la página 10

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