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El estiIo de un cauto funcionario

La breve era Andropov ha estado marcada -a causa de la crisis de los euromisiles- por el deterioro de relaciones con EE UU. A pesar de ello, el máximo dirigente soviético ha mantenido en su política exterior una cautela que en sus expresiones formales podría asociarse a la moderación.A pesar de referirse en junio, en un discurso ante el pleno del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), a la "agresividad de las fuerzas reaccionarias y del primer jefe del imperialismo norteamericano", Andropov ha procurado eludir en todo momento las descalificaciones personales. Las evitó incluso en noviembre, cuando anunció que la URSS no volvería a negociar. Siempre ha dejado puertas abiertas. El foro de desarme de Estocolmo hace que Washington y Moscú no hayan roto del todo sus contactos.

En su política interior se ve la mano del funcionario escrupuloso antes que la del jefe de policía. Andropov, más que el hombre de la mano dura, que también fue, ha dado la imagen del rigor.

La principal batalla que libró en el interior fue la de la economía y la productividad. Habló con los obreros en las fábricas y mandó a sus agentes a las calles para descubrir a los absentistas.

Cautela, rigor, moderación. El estilo de un burócrata que huyó del culto a la personalidad y que hizo pensar que el zapatazo de Jruschov en la ONU era ya prehistoria.

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