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El Estado libanés se desmorona

Estados Unidos se mantiene firme en su decisión de que los marines permanezcan en Líbano

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, acusó ayer a Siria, desde su ciudad natal de Dixon (Illinois), de animar a las fuerzas musulmanas que ocuparon Beirut oeste, e hizo un llamamiento a Damasco para que cese la violencia, informa desde Washington Ramón Vilaró. Reagan reiteró su apoyo al presidente libanés, Amin Gemayel, y pidió a todos los libaneses "unirse por encima de sus divisiones confesionales o facciones".

La crisis de Líbano, tras la dimisión del primer ministro, Chafic Wazzan, y la radicalización de la guerra entre el Ejército y las milicias chiitas preocupa seriamente a la Administración norteamericana del presidente Ronald Reagan, que se mantiene firme en su decisión de que los marines deben seguir en Líbano, según expresó el vicepresidente George Bush.Washington ha pedido al presidente libanés, Amin Gemayel, que forme rápidamente un nuevo Gobierno, en el que debería incluir a personalidades claves de otras fracciones políticas de Líbano. La Administración Reagan intentaría, así, ampliar el espectro político del Gobierno libanés, como única salida política a la crisis. Sin embargo, dada la virulencia de los combates en Beirut, hay dudas de que EE UU pueda detener la evolución de la guerra civil.

Para el presidente Reagan, el principal problema de la guerra libanesa reside en saber hasta qué punto podrá sostener la posición política de mantener los 1.600 marines norteamericanos en Beirut, que junto con militares de Francia, Italia y Reino Unido integran la Fuerza Multinacional de Pacificación, que desde hace año y medio intenta, sin grandes resultados, apoyar al Ejército libanés en su misión de recuperar el control del territorio nacional.

Las presiones del Congreso en contra de la política de Reagan son cada vez mayores. La semana pasada los demócratas votaron a favor de una "rápida" salida de los infantes de Marina de Líbano. Se espera para esta semana la propuesta de un voto de retirada, en la misma dirección, en la Cámara de los Representantes de EE UU.

Algunos comentaristas políticos recuerdan que Reagan, a pesar de su rígida postura, dijo, a finales del pasado año, que si la situación en Líbano se convertía en "insostenible", podría ordenar la salida de los marines.

La situación en Oriente Próximo será objeto de deliberaciones a finales de esta semana, en Washington, al regreso de Reagan de cinco días de vacaciones en California, en el curso de una entrevista con el primer ministro de Egipto, Hosni Mubarak.

La posición soviética

La URSS ha responsabilizado plenamente a EE UU del deterioro de la situación en Líbano, según comunicado difundido ayer por la agencia oficial soviética Tass, informa desde Moscú Pilar Bonet. En una información fechada en Beirut, Tass afirma que la "grosera interferencia militar de Estados Unidos en los asuntos internos de Líbano ha producido un grave aumento de la tensión en el país".

Según Tass, el empeoramiento de la situación y el creciente hegemonismo norteamericano han provocado la dimisión del primer ministro Wazzan y de su Gobierno. Para la agencia soviética, Gemayel se ha dado cuenta de la necesidad de "ampliar consultas con Siria y de estudiar la posible profundización de las relaciones bilaterales y los lazos fraternales" entre Líbano y Siria.

"Los observadores políticos locales, sin embargo, recibieron el discurso presidencial con una considerable dosis de pesimismo", señala Tass. La presencia de los ocupantes israelíes y de la fuerza multinacional "intervencionista", especialmente los marines norteamericanos, son, en opinión de la agencia de la URSS, los principales obstáculos para la normalización en Líbano. Si se deja de lado la solución de estos problemas, señala Tass, "es imposible sacar a Líbano de la crisis actual, y las esperanzas puestas por algunos de los "buenos oficios de Washington" no tienen fundamento, porque EE UU "sólo persigue sus objetivos imperialistas hegemonistas en Oriente Próximo".

La agencia oficial soviética reprocha a EE UU el haberse convertido en participante directo del conflicto libanés y acusa a Washington de querer transformar el país en un protectorado de EE UU e Israel.

Hace tan sólo cuatro días, el viceprimer ministro de Líbano, Elie Salem, había manifestado al periódico soviético Sovietskaia Rossia que su país estaba interesado en desarrollar las relaciones con la URSS, así como en el apoyo de Moscú a la "soberanía e independencia de Líbano". "Consideramos", dijo Salem, "que la existencia de un Líbano fuerte y soberano coincide con los intereses de la URSS".

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