Alfonso Guerra afirma que el exceso de equipamiento del sector eléctrico es la causa de sus aparentes problemas financieros

El vicepresidente del Gobierno y vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, apoyó ayer la política de redimensionamiento, racionalización y planificación del sector energético que, según insinuó, contendrá el Plan Energético Nacional (PEN) que el Gobierno socialista enviará próximamente a las Cortes. Guerra, en un tono marcadamente crítico, responsabilizó a la política anterior de sobredimensionar el sector con instalaciones innecesarias, tales como las centrales nucleares, de los aparentes problemas financieros que atraviesan las compañías eléctricas. Afirmó que este país se hubiera ahorrado más de medio billón de pesetas si hubiese afrontado a tiempo la crisis energética de 1973.

El vicesecretario general del PSOE inauguró ayer las denominadas Jornadas de Política Energética del partido socialista, cuya celebración se ha retrasado en varias ocasiones por aparente indicación, según fuentes solventes, del Ministerio de Industria y Energía. Algunos expertos del PSOE temían ayer que las jornadas se convirtiesen en una ocasión para enfrentar a los que en su día fueron los responsables de la elaboración del programa electoral socialista y los que hoy día, sin haber participado directamente en él, ocupan los puestos de responsabilidad gubernativa. El hecho de que las jornadas se celebraran a puerta cerrada, sin presencia de la Prensa, respaldaba esta impresión.

Ahorro energético

Pero en su discurso de inauguración de las jornadas, único acto abierto de los dos días de reuniones, Guerra pareció despejar estos temores al realizar una palpable defensa de la actual política sectorial del Ministerio de Industria y Energía. El vicepresidente, sin embargo, habló en términos muy genéricos sobre la mencionada política, para concluir con afirmaciones tan vagas como que el nuevo PEN demostrará que el programa electoral del PSOE para este sector no tenía, como se le ha acusado, "nada de utópico".Guerra afirmó que España es un país "relativamente pobre" en materia energética, pese a lo cual padece un exceso de instalaciones y de consumo eléctrico. Cifró en el ahorro uno de los objetivos de la nueva, política y afirmó que ésta se concibe como un instrumento determinante para salir de la crisis, mantener el nivel de empleo y generar moderadamente nuevos puestos de trabajo. Reiteró, asimismo, los objetivos prioritarios del Gobierno y del partido de desarrollar las fuentes energéticas basadas en el carbón, tanto nacional como extranjero, la hidraulicidad y el gas natural.

Sobre esta última fuente, Guerra afirmó que "podría convertirse en sector de atención en la política energética" aunque, posteriormente, Carlos Solchaga, ministro de Industria, pareció matizar al vicepresidente al advertir sobre la cautela que hay que tener en el desarrollo de este hidrocarburo, del que no se disponen fuentes seguras de suministro.

Las ponencias presentadas en las Jornadas de Política Energética socialistas versan sobre La situación energética mundial (J. L. Guzmán y Juan Tesoro), El sector petróleo en el escenario energético español (Alejandro Cachan y Nicolás Mateo), Política gasista en el escenario energético español (César González Zamora y Antonio Vela), La oferta energética española (Enrique Fernández Mato), Política financiera y de precios en el subsector eléctrico (Jerónimo Sánchez Blanco) y La empresa mixta de transporte en el sector eléctrico (Fabio, Sarmiento y Jorge Fabra).