Los investigadores avanzan en su conocimiento de la enfermedad del aceite tóxico, pese a la falta de progresos espectaculares
Los investigadores conocen cada vez mejor la enfermedad conocida como el síndrome tóxico, pero las investigaciones sobre la causa y desarrollo de la enfermedad no han presentado novedades espectaculares desde que se reuniera en Madrid el pasado mes de marzo, hace ya 10 meses, la comisión de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) encargada de analizar lo que la propia OMS denomina el síndrome del aceite tóxico (SAT). Los trabajos cuentan con la colaboración de 200 especialistas, españoles y un número elevado de científicos extranjeros, entre ellos los más prestigiosos de cada especialidad.
Los actuales responsables médicos de la comisión de epidemiología, Susana Sans, y de la comisión unificada de investigación clínica y básica, Javier Solís y Pedro Sanchidrián, que coordinan todas las investigaciones que se realizan sobre el síndrome tóxico, señalan que éstas continúan en un amplísimo ámbito.La enfermedad se conoce cada vez mejor. La causa es una pieza muy importante de la investigación, pero no es la única y tampoco es la más importante. En este aspecto se incide en la investigación del aceite como vehículo, porque es el indicio más razonable y más fuerte", sintetiza Javier Solís. "El error está en la tendencia que tenemos todos a la esquematización y a pensar que puede haber una frase mágica que lo puede explicar todo", opina Susana Sans."Se trata de una enfermedad .muy compleja", señala Susana Sans. "Las manifestaciones de la fase aguda parecen deberse a una toxicidad directa, mientras que los síntomas actuales, casi a los tres años de haberse detectado los primeros casos, parecen debidos a mecanismos inmunitarios", reacciones de defensa del organismo ante sustancias extrañas, que pueden llegar a producir una enfermedad. La doctora precisa que la ansiedad de determinados sectores sociales por que se encuentre una causa que explique todo el proceso es consecuencia de la forma tradicional de entender la salud y la enfermedad, que dice que a una causa sigue un efecto, y esto no es así. Es un proceso complejo y va a llevar mucho tiempo encontrar la etiología (pausalidad) y los mecanismos patogénicos (cómo afecta),
El síndrome tóxico ha pasado a engrosar los anales de toxicologíainternacional, lo que se advierte en el interés de científicos de todo el mundo por colaborar en su esclarecimiento y tratamiento.
El aceite como causa
La relación causa-efecto entre el aceite adulterado y la enfermedad está reconocida por la OMS. La comisión epidemiológica realiza en la actualidad proyectos en busca de más evidencia en este sentido, pero su responsable señala que para establecer una relación de causa-efecto de un agente etiológico no es suficiente una evidencia epidemiolégica: es necesaria una evidencia química y de otro tipo.
En esta otra parcela de la investigacion, la de las muestras del aceite en sí, señala Sanchidrián, se encuentran continuamente en el aceite nuevos elementos extraños, además de las anilinas y anilidas halladas al principio. "Lo cual no es nada nuevo, y pasa lo mismo con el suero y sangre, que se están analizando desde el siglo pasado" añade.
Otra dificultad es encontrar la relación del aceite analizado con la enfermedad, pues se puede tratar de una botella distinta a la consumida, o se puede haber producido una evolución del aceite, ya que es una sustancia activa, que se oxida, por éjemplo. Dentro del aceite, puede ser una sola-sustancia o la interacción de una sustancia confactores ambientales. Los responsables actuales de la investigación recuerdan además que se han estudiado otros posibles agentes y vehículos, que constituyen una larga lista, pero que fueron descartados por falta de evidencia química y epidemiológica. "Todo lo que se presenta se analiza con absoluta dedicación y entrega", afirma Javier Solís.
Se va a estudiar epidemiológicamente la teoría del doctor Muro, según la cual el tóxico es un pesticida que se encontraba en determinadas partidas de tomates, a pesar del dictamen de la OMS, que señaló que ésta y otras teorías no pasaban de ser simples anécdotas.
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