Lectura en el Español: apunta un autor

Una lectura de teatro es el espectro de una representación; habría que hacerle el espectro de una crítica. Habrá estreno de Anselmo B, de Francisco Melgares, y entonces tendrá otro crítico, corpóreo, que pueda apreciar si es verdad lo que nos transmitió la lectura del lunes en el Teatro Español: un reverdecimiento de un humor que tuvo aquí su tiempo -en torno a Mihura- y lo perdió porque la época no era propicia, porque había miedos y descompromisos y cierta incuria general. Melgares lleva la ironía, el desencanto y el superrealismo a terrenos mucho más próximos al toro: a nuestro tiempo. Lo dibuja y lo desdibuja, y en la lectura -con la voz de José Sacristán cono lector único- transmite una emoción, una prosa bella repleta de alusiones y de ilusiones; ilusiones perdidas, pero entrañables. Una obra no es tal hasta que no se estrena y que todo pronóstico es imposible. Pero cuando se elige una obra para ser estrenada es porque hay ya un pronóstico: el que hizo el público que acudió a esta lectura lo emitió favorable.Previamente, José Luis Gómez, director del teatro, recordó que en el café del Parnasillo que se evoca ahora se leyó El trovador, de García Gutiérrez, que una comisión pidió al comisario del teatro que lo estrenara, que éste aceptó y que el éxito fue impresionante. Un buen pronóstico.

Marsillach hizo una presentación con su ingenio literario de siempre, con una mordacidad que aquí fue favorable al leído. Que se estrene pronto.