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El rey de la natación

De pequeño tenía miedo al agua, pero de mayor se convirtió en el rey de los delfines humanos. No sólo en el mejor nadador de su época, sino, posiblemente, en el más grande de todos los tiempos tras la siempre difícil comparación histórica. Johnny Weissmuller ha sido uno de las figuras míticas del deporte mundial. Además de sus múltiples títulos y plusmarcas, ha pasado al libro de oro de la natación, deporte básico, como innovador de técnicas y, tal vez lo más importante, por haber roto una de las muchas barreras mágicas del deporte acuático: el minuto en los 100 metros libres. Su día de gloria, a los 18 años, fue el 9 de julio de 1922, en Alameda (California). Nadó la distancia en 58.6.Después, su tarjeta de visita a los 24 años (edad tardía para la natación, pero eran los viejos tiempos), resultó sobradamente significativa para Hollywood: tres veces campeón olímpico de 100, 400 y 4 X 100 metros libres en los Juegos de París, 1924, escenario también del triunfo atlético en los 100 metros de Harold Abrahams (Carros de Fuego); dos medallas de oro más en los de Amsterdam, 1928, en 100 y relevos y 67 récords del mundo superados.

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Weissmuller introdujo en el estilo crawl, actual libre, mejoras significativas: un giro de la cabeza para respirar al margen del movimiento adelantado de los brazos, con acción de éstos estirando y empujando a la vez, así como un mayor uso de las piernas en la batida, básico en la natación moderna, pero que ya entonces le permitía elevar más el pecho y los hombros. Como un preludio de su carrera en el cine, las filmaciones a cámara lenta de su estilo, por encima y debajo del agua, sirvieron de forma fundamental para el desarrollo técnico de su deporte.

Weissmuller tuvo una supremacía larga, aunque apenas rebajara ya sus plusmarcas: en los 100 metros, la prueba reina de la velocidad, hizo 57.4 en 1924, pero en piscina pequeña de 25 metros, no olímpica, que debe ser de 50. En 1976, 54 años años después de la jornada de Alameda, otro norteamericano, Jim Montgomery, bajó con 49.44, la siguiente barrera de los 50 segundos. En la actualidad, el récord mundial lo posee desde 1981 otro norteamericano, Rowdy Gaines, con 49.36. Mucho menos que Johnny, pero con más de 60 años de nuevas técnicas.

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