'Pasión ardiente' del terrorista
Por mucho que se esfuerce el actual Gobierno español, diricilmente va a conceder Francia la extradición de los terroristas de ETA. Aunque el Reino Unido fue la primera nación en otorgar asilo a los refugiados políticos (1815), Francia, varios lustros después (1834), se alzaba como paladín de la hospitalidad delictivo-política: "Los crímenes políticos se cometen en circunstancias tan difíciles de apreciar y nacen de pasiones tan ardientes, que son muchas veces su disculpa, que Francia mantiene el principio de que la extradición no debe tener lugar por hechos políticos" (Ministerio de Justicia francés, nota diplomática de 5 de abril de 1841). La bondad de estas generosas ideas iba, implícita en la otra idea de terminar con el Estado absoluto (el Ancien Régime). Pero los hechos habían de desvirtuar la bella imagen. Una actitud generosa, como la descrita, abría el camino a las gentes sin escrúpulos que asesinaban y atentaban "por móviles políticos" o que, por idénticos móviles, desplegaban actitudes terroristas. Incluso hubo Estados totalitarios donde la delincuencia política fue tratada con mayor rigor que la delincuencia común, retirándosele el privilegio del derecho de asilo.Creo que la cuestión, hoy día, habría de reducirse probablemente a la concesión del derecho de asilo a los culpables o delincuentes de mera opinión, asociación o manifestación política, ¡lícita en el país de origen, pero no en el que se refugian y, viceversa, la denegación de tal derecho -y consecuentemente otorgamiento de la extradición- cuando la falta o delito, sea cual fuere su raíz, ensucia de sangre o ensombrece de terror las manos de los refugiados.
Pero el asilo o refugio inviolable, cualquiera que sea la razón o la atrocidad, parece que va a seguir ahí, en la divina Francia. El francés conserva en muchos aspectos mentalidad decimonónica, y también un muy oculto y sigiloso corazón romántico. Su revolución le ha marcado fuertemente. Y de este modo, aunque sea absurdo, continuará dando cobijo a quien perpetre crímenes terribles que han de ejecutarse pocos kilómetros hacia el Sur, traspasando una simple frontera. Fue un francés quien preconizó "la Europa de las patrias". ¿Más allá de toda frontera? Grandes y orondos gestos, aislada grandilocuencia chovinista. /
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