Ballet Nacional Clásico: primeras impresiones

El Ballet Nacional, que fue sueño de unos pocos durante décadas, es hoy una realidad. Se presentó con un programa variado, sencillo y efectista. Interpretación correcta.Serenade es un movimiento rítmico, determinado por la composición musical de Chaikovski; consta de cuatro tiempos sin interrupción. El fin esencial dé este ballet es obtener una nítida visual del movimiento. Serenade ha sido, desde 1934, un éxito; esto demuestra la inteligencia de Balanchine, que, con la mayor sencillez de formas -eran ejercicios de sus alumnas, en la primera escuela que tuvo como profesor, en Estados Unidos-, ha sabido deleitar durante 50 años al público, el cual rubrica siempre con aplausos la maestría de la obra.

El cuerpo de baile, bien conjuntado, siempre atento a las formas escénicas; diríase que falta esa musicalidad que requiere este ballet para conseguir el lirismo que caracteriza a Serenade.

Jardín de lilas está coreografiado por Anthony Tudor, con música de Chausson. Su desarrollo dinámico empieza con la unidad de tiempo, forma y lugar. Sus personajes son un producto de la época victoriana; Tudor es el coreógrafo que mejor ha sabido conjugar los estados mentales y emocionales; en esta interpretación, las tensiones mentales no han sido llevadas por expresión, y sí por una fría técnica; desaparece el valor auténtico de este ballet: el pequeño gesto. Carmen Molina, Hans Tino y Jorge Christoff logran en sus solos una digna interpretación. Recibió una gran ovación el violinista Gongal Comellas.

Lección de danza

Sinfonía pastoral, de Beethoven. Sparemblek ha puesto todos los actuales elementos coreográficos al servicio de la música; hay repetición de formas dinámicas que restan belleza a la obra de este coreógrafo. El tercer tiempo -fiesta al inicio de esta tarde- está interpretado muy bien por Julián Brando; espero llegue a ser un brillante bailarín.

Impresionante el paso a dos interpretado por Cyrithia Gregory y Fernando Bujones; ambos pertenecen al American Ballet Theatre de Nueva York. Cynthia Gregory es una primerísirna bailarina dotada de una gran musicalidad y perfecta técnica. Fernando Bujones: ritmo, expresióñ, inteligencia, sensibilidad, perfección fisica, todo ello puesto al servicio de una maravillosa técnica. Es una magistral lección de danza.

Nuestro Ballet es joven, hace cinco años que se creé; me imagino que seguirán estudiando, no sé si más horas diarias o más años, eso lo dirán sus maestros.

Deseo que nuestro ballet estatal mejore y llegue a todos los rincones de nuestra geografia, dirigido por María de Ávila, quien ha demostrado ser gran directora; en un año ha sabido las posibilidades y limitaciones de todos loselementos que integran el Ballet Nacional y dar gusto al público del teatro de la Zarzuela.