Comienza hoy en Panamá una reunión decisiva de cancilleres centroamericanos y de Contadora

El grupo de Contadora inicia hoy en Panamá su reunión más decisiva con la asistencia de los cinco cancilleres centroamericanos y sus colegas de los cuatro países promotores (Colombia, México, Panamá y Venezuela). Después de un año de incontables conferencias, elaboración de borradores y gestiones a menudo nerviosas para evitar una guerra que pareció inminente ha llegado la hora de "pasar de las declaraciones líricas a compromisos concretos y verificables", según expresión del ministro panameño de Exteriores, Oydén Ortega.

Una vez que los cinco Gobiernos de la región manifestaron su apoyo genérico al documento de objetivos elaborados tres meses atrás empieza ahora el debate sobre, los tratados que hagan posible: su cumplimiento. Los acuerdos que el grupo de Contadora va a someter a la decisión de sus colegas centroamericanos pueden dividirse en tres paquetes: militar, político y económico.En el capítulo militar se propone una moratoria en la adquisición de armamentos a partir del 29 de febrero, realización de un inventario de equipos bélicos, calendario para la reducción gradual de asesores militares extranjeros, identificación y supresión de fuerzas irregulares, eliminación del tráfico de armas a estos grupos, mecanismos de comunicación para resolver incidentes armados y establecimiento de una comisión especial que supeivise el cumplimiento de estos compromisos.

Las propuestas políticas hacen referencia a la promoción de un diálogo interno en cada país que promueva la reconciliación nacional y la revisión de las leyes electorales, a fin de garantizar una efectiva participación popular sobre bases de imparcialidad.

Finalmente, el grupo de Contadora se propone cooperar con el Sistema Económico Latinoamericano para gestionar recursos externos que promuevan el desarrollo económico regional, así como propiciar la integración centroamericana, el comercio entre los cinco países y el acceso de sus productos a los mercados internacionales.

Problemas políticos y militares

Las medidas económicas, con ser de suma importancia a medio y largo plazo, no plantean dificultades de negociación. Los problemas estriban en los otros dos paquetes.Nicaragua pone énfasis en los tratados de seguridad porque se juega en ellos su propia supervivencia, en tanto que se resiste a someter su programa a la consideración de terceros países por entender que es una materia de su exclusiva soberanía.

Los restantes países centroamericanos opinan, por el contrario, que cualquier acuerdo sobre desarme debe ir precedido por el compromiso nicaragüense de convocar elecciones libres. En esto han sido muy explícitos tanto Henry Kissinger, que preside la comisión bipartidista norteamericana sobre Centroamérica, como el embajador especial R¡chard Stone, que anteayer finalizó en Managua una nueva gira regional y aseguró: "El camino de la paz pasa por la democracia".

Antes de iniciarse la conferencia de Panamá se tiene la impresión de que el plan electoral anunciado por Managua se considera insuficiente por sus vecinos, y que los sandinistas entienden, a su vez, que la supresión de asesores extranjeros es papel mojado mientras Estados Unidos convierta sus maniobras militares en Honduras en ejercicios permanentes. Los problemas de la reconciliación interior parecen insolubles de momento en El Salvador, Guatemala y Nicaragua, ya que sus Gobiernos se niegan a negociar con sus opositores.

El temor de Washington, que se traduce en la actitud de sus aliados en la zona, radica en que las guerrillas salvadoreñas pueden sobrevivir en su fase actual sin la ayuda directa de Managua, mientras que los grupos antisandinistas podrían desaparecer del escenario político sin el financiamiento de la CIA.