Escasas esperanzas en Moscú de que el encuentro Shultz-Gromiko sirva al acercamiento EE UU-URSS
Las posibilidades de que el año recién comenzado sirva para facilitar un acercamiento entre Moscú y Washington son escasas. Así se deduce de los primeros indicios que se transparentan en medios oficiales de Moscú, con los que parecen coincidir esta vez los círculos occidentales de esta misma capital.
El encuentro, previsto para el próximo día 18 en Estocolmo, de los jefes de las diplomacias soviética y estadounidense, Andrei Gromiko y George Shultz, serviría, en todo caso, para retomar el frágil diálogo abortado el pasado mes de septiembre, cuando un avión de la defensa aérea de la URSS derribó un jumbo surcoreano con 269 personas a bordo. Moscú, según daba a entender Pravda ayer, acude a la entrevista con pocas esperanzas.En septiembre, Gromiko y Shultz debían de haberse encontrado en los pasillos de las Naciones Unidas durante la asamblea anual de esta organización. Una prohibición de las autoridades locales al aterrizaje de su avión impidió al viejo diplomático asistir a esta cita, a la acudió durante los más de 25 años que lleva dirigiendo la diplomacia soviética.
El encuentro de ambos durante la clausura de la Conferencia de Cooperación y Seguridad en Europa (CSCE) de Madrid dio sólo lugar a una gran tensión y a un diálogo de sordos. Ahora la cita de Estocolmo -motivada por la apertura de una reunión sobre desarme, herencia de los tres años largos que duró la Conferencia de Madrid- da poco cuartel a la esperanza, si bien se espera que ésta tenga lugar en un clima más calmado.
El principal periódico soviético -el órgano del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Pravda- no disimulaba ayer las escasas expectativas del encuentro de Estocolmo.
Pravda concluía su comentario preguntándose si ésta "mostrará si Estados Unidos y otros países de la Alianza Atlántica se encuentran preparados para reconocer el deseo de los pueblos, incluidos los suyos, dando una eficaz réplica a las propuestas constructivas (hechas sobre el tema del desarme) de la URSS y sus aliados".
A juicio de los observadores, esta fórmula da a entender que Moscú no está dispuesto a avanzar ninguna nueva iniciativa y que sigue esperando una respuesta de la OTAN antes de dar un nuevo paso y reanudar en Ginebra las dos conversaciones que interrumpió cuando comenzaron a ser instalados los euromisiles: las negociaciones sobre armas estratégicas y nucleares de alcance medio.
La carencia de declaraciones a alto nivel sobre política internacional en las reuniones que el pleno del Comité Central del PCUS y el Soviet Supremo (parlamento) mantuvieron la pasada semana llenaron de dudas a los observadores occidentales.
El artículo de Pravda de ayer aparentaba que el Kremlin no está elaborando ningún avance diplomático. Todo parece indicar, pues, que su último movimiento sigue siendo la cuádruple respuesta contra el inicio de la instalación de los euromisiles: suspensión de las dos negociaciones de Ginebra, siembra de más SS-20 en el occidente de la URSS, anuncio del futuro despliegue de cohetes de alcance medio en la República Democrática Alemana y Checoslovaquia y colocación de sistemas mar-tierra capaces de alcanzar en poco tiempo Estados Unidos.
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