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Terrorismo de insidias

Hemos sido los primeros en afirmar que un Estado de derecho tiene vedado el recurso de la violencia terrorista para combatir al terrorismo. La guerra sucia no se resuelve con el empleo de la misma suciedad utilizada por las bandas de asesinos que matan y extorsionan. Pero sobre esta cuestión, donde la delincuencia común de ETA dispone de complicidades, ( ... ) se realiza una campaña orientada a confundir a la opinión pública. Aunque, por supuesto, el diario EL PAIS está al margen de esa campaña, reiteraba ayer sus graves insinuaciones editoriales. De forma sesgada ha vuelto a deslizar acusaciones de complicidad del Gobierno español.( ... ) Sin hecho probado alguno, retorciendo el sentido de afirmaciones de altos funcionarios del Ministerio del Interior sobre el atentado sufrido por un dirigente etarra, EL PAIS establece como probado el paralelismo de responsabilidades entre las bandas de ETA y la acción de los servicios españoles de seguridad.

De esta manera reclama la presunción de inocencia en favor de un dirigente etarra, basándose en el hecho de que las abrumadoras pruebas no han sido convalidadas por la sentencia de los jueces. Y al mismo tiempo niega la presunción de inocencia al Ministerio español del Interior, aun sin disponer de una sola prueba que permita fundamentar tan grave acusación. Son dos pesos y dos medidas diferentes para juzgar al Estado y a sus enemigos. El beneficiado por tal planteamiento del problema no es el Ministerio del Interior ni su actual titular, persona de irreprochable comportamiento democrático. El beneficiario es el complejo de intereses ( ... ) que aparecen bajo la rúbrica de ETA.

Sin saberlo enteramente sospechamos también dónde están los parlamentarios socialistas franceses del Departamento de los Pirineos Atlánticos cuando acusan al Gobierno español y piden que Francia suspenda las negociaciones para la entrada de España en la CEE. Tampoco estos diputados disponen de dato alguno con el que fundamentar o probar las acusaciones contra el Estado español por la violencia armada que en estas últimas semanas tiene como escenario el país vecino francés. Resulta extraño que las protestas de estos parlamentarios se dejen sentir solamente cuando los dirigentes etarras advierten cómo se les viene abajo su santuario transpirenaico, mientras que no protestaron jamás por el hecho de que el territorio francés fuera la base logística para las acciones de terrorismo al sur de los Pirineos, y el lugar donde tiene su sede la burocracia que tramita y lleva las cuentas de la extorsión y el pago de los secuestros. ¿Puede un Estado de derecho, como es el de Francia, asistir pasivamente, prestándole cobijo y dándole asilo, al desarrollo de unas actividades criminales que se ceban en los ciudadanos del país vecino y en los servidores del Estado español? -

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Si un Estado de derecho, como es el español, tiene vedado, tal como decimos, el recurso a la violencia terrorista para combatir el terrorismo, también un Estado de derecho, como es el francés, tiene prohibido el asegurarse ilegítimamente contra las actividades de ese mismo terrorismo en su propio suelo, a través de la omisión culpable de las medidas de seguridad que debiera haber aplicado ya contra los etarras.

, 31 de diciembre

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