Estímulos españoles para la negociación
En lo que a España concierne esos proyectos de cooperación multiforme y mediterránea se han visto seriamente erosionados por los problemas bilaterales -ingreso en el Mercado Común, con Francia; contrato de gas, con Argelia-. El azar de haber logrado firmar con Marruecos el primer convenio pesquero a largo plazo, que permite al Gobierno proceder a la reestructuración del sector pesquero en cuatro años, parece estimular a España a continuar con una política unilateral y no global con los dos grandes antagonistas del Magreb: Marruecos y Argelia.Esa política de cooperación global con Argelia, Marruecos y todo el Magreb, que preconizaba el Gobierno socialista en sus primeros días, constituía la actitud más razonable y positiva de política exterior propuesta por,Espafla hacia esos países desde que éstos se liberaron de la colonización. Hoy, Argelia reclama a España el cumplimiento de un contrato de aprovisionamiento de gas firmado por un Gobierno anterior al socialista, que es a su vez responsable del crecimiento interesado y desmedido de la flota de pesca, cuando ya la cancillería española advertía a los responsables industriales de la contradicción de esa política con la evolución del Derecho del Mar.
Con Marruecos se ha logrado un acuerdo, gracias, sin duda, a las importantes contrapartidas económicas y ayuda financiera prometida, pero que no por ello deja de ser positivo.
Un entendimiento parecido no debería presentar insuperables obstáculos, en lo que al contrato del gas concierne, si españoles y argelinos colocaran un suplemento de buena voluntad basado en una ampliación de la participación de las empresas españolas y el comercio español en Argelia.
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