El Gobierno argentino nombra una comisión especial para que recabe información sobre el paradero de 30.000 desaparecidos
Paralelamente a los trabajos que realice la justicia ordinaria, el Gobierno argentino ha nombrado una comisión especial para que en el plazo de 180 días recabe información sobre el problema de los desaparecidos. Esta Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas elevará sus investigaciones directamente al presidente de la nación, y está integrada por 10 personalidades nombradas por Raúl Alfonsín y seis designadas, a partes iguales, por las dos Cámaras del Congreso.
Entre los integrantes de la comisión figuran René Favaloro, cardiocirujano de renombre internacional; el escritor Ernesto Sábato, el obispo de Neuquen, Nevares; el matemático Gregorio Klimuosky, y la periodista Magdalena Ruiz Guiñazu, conductora del más escuchado informativco matinal de la radio argentina.La Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas tendrá poderes para recabar información a cualquier funcionario del poder ejecutivo, incluyendo a las Fuerzas Armadas y organismos de seguridad, y tendrá acceso libre a cualquier dependencia civil o militar del Estado.
Por el mismo decreto se proveen fondos económicos y personal administrativo para que la comisión pueda trabajar operativa mente.
Un día es el procesamiento de tres juntas militares; otro, la remodelación de la cúpula castrense, con el pase a retiro de decenas de generales y almirantes; otro, la citación extraordinaria al Congreso para reformar el Código Penal, equiparando la tortura al asesinato cualificado; ayer, la creación de una comisión de notables que estudie y se informe sobre las des apariciones de unos 30.000 ciudadanos.
El Gobierno de Raúl Alfonsín mediante un trabajo premeditado está golpeando rítmicamente al país para sacarlo de su sopor y su abulia y despertarlo a una nueva moralidad.
Cumplir las promesas
Los radicales, además, quieren demostrar. fehacientemente su ganada fama de cumplir sus promesas y aspiran a ganar credibilidad ante una sociedad profundamente descreída a fuerza de ser engañada sistemáticamente.La estrategia radical a corto plazo para salir del pantano en que los militares argentinos sumieron a su país parece la adecuada: medidas legislativas y gubernativas de choque con los votos frescos y estando cerca el recuerdo del entusiasmo civil por las libertades recuperadas, aprovechamiento del choque e -provisionalmente inhabilitado como oposición, incluso en su parcela sindical- y descanso político sobre el colchón que aportan las fiestas navideñas y los meses del agobiante verano austral.
Hasta finales de marzo será el espeso bochorno húmedo quien dará el estado de gracia al Gobierno.
Anoche, siguiendo su línea rooseveltiana ("las charlas junto al fuego"), Raúl Alfonsín tenía previsto dirigirse al país por la radio y la televisión argentinas para detallar las primeras medidas económicas del Gobierno y aportar alguna esperanza a todos los atropellados por la hiperinflación, que siguen contando en millones la cesta de la compra.
Penetrar en las casas
Sólo hace dos noches que compareció en las radios y televisores conectados en cadena nacional para explicar el alcance de las reformas militares y el procesamiento de sus tres primeras juntas.La nación, descreída, vapuleada, engañada, se va acostumbrando a un presidente civil que, desdeñando el balcón de la Casa Rosada, penetra en las casas para explicar los problemas y las medidas que piensa adoptar para intentar resolverlos.
Puede que, a la postre, algunos de esos problemas sean irresolubles, pero sería mezquino no resaltar la buena voluntad del nuevo Gobierno democrático.
Un ministro radical me recordaba hace pocos días: "Nadie nos obligaba a abrir el Congreso hasta mayo; podíamos gobernar por decreto y en vacaciones parlamentarías, pero vamos a abrir sesiones extraordinarias, porque es imprescindible que la oposición peronista participe en lo que vamos a hacer".
Pacificación de la zona
Por otra parte, el canciller argentino Dante Caputo ha sido comisionado por el presidente Alfonsín para viajar por Centroamérica en misión especial, en un intento por contribuir a la pacificación de la zona. El vicepresidente estadounidense, George Bush, ha saludado la iniciativa "como una idea buena y positiva".Finalmente, Argentina solicitó el jueves una moratoria de 180 días a los bancos extranjeros para firmar los contratos de refinanciación de las deudas por 7.500 millones de dólares (más de un billón de pesetas) de las empresas estatales. Trescientos veinte télex fueron remitidos por el ministro de Economía a otros tantos bancos internacionales anunciando la decisión.
"No estamos en condiciones de firmar", afirmó el ministro Grispun, "ni siquiera hemos podido leer los contratos. Sólo llevamos aquí tres días". La verdad es que el Gobierno está intentado estirar las prórrogas hasta que dé algún fruto su nueva política económica, hacia marzo o abril del año próximo.
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