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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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La derecha expropiada

Hay una cierta derecha, hoy, en España, espectacularista y numerera, que se siente expropiada -que no amenazada- con la sentencia sobre Rumasa. Lo de Rumasa, efectivamente, aparte una seguridad de orden público, ha sido y es algo que pertenece a la política/espectáculo, a la gran política que han de hacer los grandes protagonistas para que luego les nombren "cabezones" en un pueblo, como a Boyer en Ciudad Real, que es donde se usa el distintivo. En reciente columna matizábamos esta política/espectáculo y la pequeña política (ésa en que se ha refugiado Alfonso Guerra, un suponer), y que no es una política de gestos (ni siquiera de frases, que tanto le van al vicepresidente), sino de pequeñas, urgentes, pacientes y minutísimas eficacias. Pero hay asimismo una derecha/ espectáculo, que quiere mover mucho los glúteos, como Tina Turner, la otra noche, en Morasol.Son los que han reaccionado rasgándose las vestiduras (generalmente, un loden) ante la sentencia de Rumasa, y dicen ahora que están asustados y se agarran a la papela de la sentencia como la Verónica al paño del Cristo. He aquí la santa faz de una derecha mártir. A mí es que me parece, o sea, que tienen toda la razón. A cierta derecha no es que se le haya expropiado Rumasa. A cierta derecha es que se le ha expropiado España, se le han expropiado diez millones de españoles, se le ha expropiado la influencia, el Poder, el abuso y hasta una copita de fino La Ina. Lo cual que están en un grito. Rumasa no ha sido sino la metáfora de una expropiación absoluta e incruenta que se ha producido sola, espontáneamente, cuando los españoles decidieron cambiar de postura. A cierta derecha no es que le hayan expropiado Rumasa. A cierta derecha le han expropiado España. Y eso parece casi como irrecuperable. "Se ha perdido el sentido sagrado del derecho a la propiedad", se oía decir ayer en los bares chaflán/semiesquina, por la zona que fueranacional. Pero yo cogí. el paraguas de Freud y me fui a escucharles. La frase no era más que el contenido manifiesto de un sueño que habían tenido por la noche. Pero los sueños se refieren al pasado y no al futuro. Esto es que es como La Corte del Faraón; pero ya sin Carmen Platero, que entre José y el citado Freud les explicaban a los egipcios (los egipcios somos nosotros) que los sueños no se referían al futuro, sino al pasado. O sea, que lo de Rumasa no se refiere a un futuro expropiador y trabucaire, sino a un pasado inmediato y bullicioso: las elecciones generales y la España prestada de los diez millones de votos.

La verdad es que el señor Boyer, cabezón por Ciudad Real, parece como si lo hubiera expropiado todo: el body de Agata Lys; los gatos de la gente que tiene perro; los premios nacidnales, que sólo se los dan a exiliados o a rojos; el Metro, que anda ya por las aceras; la Seguridad Social, que ya no recetan penicilina para cambiarla por colorete; el castellano, que ahora es de Manuel Alvar y mío; Massiel, que ha sacado un disco; la pintura de Mompó; las ffestas de Rosa García; Laín Entralgo, que estaba presidiendo una cosa en ese momento; la pintura catalana de Joaquim Sunyer, el libro Guerra/Fernández Braso; Tierno Galvan, el Club Siglo XXI y la poesía inédita (si hubiere) de Juan Ramón Jiménez.

La derecha expropiada tiene razón. E s*paña ha cambiado de manosen unas cuantas cosas que no se tocan con la mano, como la ética, la noética y el "proyecto sugestivo de vida en común". Las empresas van a reprivatizarse. A nadie se le ha quitado nada. El capital vuelve al capital y. el oro al río del dinero. Es la verdad histórica lo que se les ha expropiado. Y ahora se sienten de mentira.

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