Al público le supo a poco el festival de Sevilla
Con un notable éxito de público -más de 2.000 espectadores que abarrotaron cada noche el polideportivo de Arquitectura- y la participación de unos músicos excelentes concluyó el domingo el IV Festival Internacional de Jazz de Sevilla, organizado por la diputación, que ha contado, como en años anteriores, con la colaboración del colectivo Jazz-Free Way.
El doctor Manosalvas, uno de los pioneros del club de jazz creado hace 20 años en Sevilla, se asombraba el viernes del aspecto que ofrecía la sala y establecía una nostálgica comparación entre el público bullanguero de aquellos años y el de estos días. Sin embargo, para Tete Montoliu, el público no ha cambiado mucho desde el 1959, cuando actuó por primera vez en Sevilla. "Quien ha cambiado he sido yo; ahora toco mejor", dice.Montoliu se encontró feliz en Sevilla, pletórico de fuerzas y emociones. Quizá en su primera interpretación, Blues for Line , el público estuviera frío. Luego se entregó sin reservas.
Montoliu se deja caer en esos tiempos muertos, en esos silencios casi imperceptibles, entre las, notas de su piano. Estableció un precioso diálogo con Pepper Adams. El público le ovacionó largamente y él, le regaló Sophisticated Lady, de Duke Ellington.
El grupo All Stars se incorporó al ambiente creado por Tete. Con unas formas de jazz completamente distintas entraron con un tema fuerte, World Peace, de Harold Land, y consiguieron establecer un estrecho contacto con los espectadores desde el principio.
El sábado, en la primera parte, participó el trío Randy Weston African Rythms. Con un sabor que evoca músicas orientales, el pianista Randy Weston combina la percusión y la suavidad en una perfecta dosificación de lo emocional y lo melódico. No se puede hablar de influencias específicas en este músico. Todo lo que le gusta lo recoge.
En la segunda parte, Lester Bowie Brass Fantastic se presentó, como primicia mundial, con una música un tanto cerebral, que el público tardó en recoger. Lester Bowie reconoce la admiración que sentía en su niñez por Louis Amstrong y la influencia de Miles Davis.
El domingo actuó el quinteto del trompetista Hannibal Marvin Peterson y la gigantesca banda de Woody Herman Big Band. El público pedía más, pero esta vez Woody Herman no salió a repetir. Tiene 70 años y estaba cansado.
Babelia
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