El ministro de Industria, frustrado por "ciertas actitudes irracionales" ante la reconversión

Carlos Solchaga, ministro de Industria y energía, confesó ayer públicamente su frustración "por la inercia de ciertas actitudes irracionales de agentes económicos y sociales" que le impiden "realizar la reconversión industrial al ritmo que desearía". En un seminario sobre empresa pública, el ministro aseguró también que en ningún país del mundo se ha realizado la reconversión industrial a completa satisfacción de los trabajadores de las empresas afectadas por la misma.

, Carlos Solchaga insistió en que no es posible continuar detrayendo recursos ingentes para mantener puestos de trabajo que no son estables a medio y largo plazo y que influyen gravemente sobre los presupuestos y el déficit público. "No es solución mantener el empleo cuando no hay trabajo, ni producir para demandas inexistentes". Describió a continuación la situación de los tres sectores cuya reconversión está planteada con mayor urgencia: siderurgia, naval y bienes de equipo.

Frustración

Negó cualquier intención nacionalizadora, y argumentó que precisamente lo que se pretende con las sociedades de reconversión es que empresas privadas en crisis no vayan a parar, como ha sido tradicional, al Instituto Nacional de Industria (INI). Aseguró que no es posible cambiar los números rojos del holding estatal sin abordar la reconversión. A continuación se refirió a los esfuerzos de coordinación entre el INI y el ministerio para afrontar la reestructuración y a la voluntad del Gobierno de que todos los agentes implicados en la reestructuración se corresponsabilicen del proceso. Más adelante, y tras negarse una y otra vez a dar nuevos calendarios para los sectores cuya próxima reconversión es conocida y a adelantar sectores pendientes de reestructurar, para impedir que estos datos sean utilizados por fuerzas que se oponen irracionalmente a este proceso, se ratificó en la necesidad de debatir y concertar con las fuerzas sociales este proceso, y confesó: "A veces me siento frustrado ante las dificultades para poner en marcha la reconversión industrial. El Gobierno quiere que la necesidad de reestructurar determinadas industrias para hacerlas viables sea debatida y asumida por los interlocutores y fuerzas sociales. Uno piensa que este proceso puede durar dos o tres meses, pero luego. se encuentra con unas inercias y actitudes poco racionales de determinados agentes que son difíciles de cambiar sólo con explicaciones pedagógicas y que retrasan el proceso". Interrogado sobre si el Gobierno iba a realizar la reconversión a pesar de las continuas manifestaciones de protesta en los astilleros y la siderurgia, dijo: "Yo le aseguro que va a haber reconversión. Si algunos colectivos quieren huir de su corresponsabilidad en este proceso necesario, el Gobierno no puede hacer dejación, de sus responsabilidades y abordará el proceso. Y soy consciente de que yo, personalmente, no gano nada llevando adelante esta tarea".

Solchaga, finalmente, interrogado sobre las rescisiones o suspensiones de contrato del decreto de reconversión, dijo que todavía había que seguir hablando del tema, pero que Industria se inclinaba por las rescisiones de contratos.

A continuación intervinieron el director general de Industrias Siderometalúrgicas y Navales y el director general de la división nacional del INI, que expusieron la grave situación de estos dos sectores.

El representante del Instituto Nacional de Industria dijo que no hay ningún buque contratado con los astilleros españoles para 1984, y expuso unas cifras escalofriantes del futuro de esta industria si no se reconvierte. Por la tarde intervino el ministro de Transportes, Comunicaciones y Turismo, Enrique Barón, que se refirió a las empresas públicas adscritas a su departamento.