Los atributos del señor conde
Hace poco menos de dos semanas, en el congreso de su partido en Kar1sruhe, el ministro de Economía, conde Otto Lambsdorff (FDP), dijo que para superar las dificultades en el caso Flick se necesitaban "buena conciencia, buenos amigos y buenos nervios". Lambsdorff añadió que él tenía las tres cosas.Esas tres cosas, y muchas más, le van a hacer falta al ministro de Economía de la República Federal de Alemania para afrontar el proceso que se le viene encima por soborno. Lambsdorfl parece tener la buena conciencia que da el hecho de que no se guardó un marco en su propio bolsillo, pero será dificil que el Gobierno de Bonn pueda permitirse un ministro de Economía bajo la sospecha de haber tomado decision el en base a los sobornos del mayor consorcio económico del país, como si la República Federal de Alemania fuese una república bananera.
El conde puso en marcha hace 14 meses la bomba que dio el golpe definitivo a la coalición social-liberal, cuando publicó un documento -El papel de Lambsdorff- que suponía una verdadera declaración de guerra a los socialdemócratas, con unos planes de recortes sociales radicales que luego, tras el cambio de la coalición de gobierno, tampoco se pusieron en práctica porque iban demasiado lejos, incluso para los democristianos.
Lambsdorff es, junto con el ministro de Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, uno de los pilares del partido liberal (FPD): es un retórico implacable en la polémica, representante de la derecha y de los sectores económicos que ven en el FPD la defensa de sus intereses. La carga de un ministro procesado puede resultar insoportable para el canciller Kohl, que tendría que afrontar una posible reorganización del Gabinete cuando la sombra del presidente de Baviera, Franz Josef Strauss, se cierne sobre Bonn.
