Rosa Sabater era una pianista de proyección mundial
Una de las víctimas del trágico accidente de aviación acaecido el domingo en Madrid fue la pianista catalana Rosa Sabater. La pianista fallecida estaba considerada una de las mejores intérpretes españolas y se encontraba en un momento de plenitud creativa. A sus cualidades interpretativas, Rosa Sabater unía excelentes dotes de enseñante, por las que fue llamada en 1976 a un puesto docente en la Escuela Superior de Música de Friburgo (República Federal de Alemania).
Después de la brillante versión de Rosa Sabater del Tercer concierto para piano y orquesta de Beethoven, el día 7 de octubre con la Orquesta Nacional de España, dentro de los actos del Festival de Música de Barcelona, la gran pianista me dijo: "Volveré por Navidad; nos veremos el día de tu santo y nos reuniremos con los Mompou el día de Reyes". La brutal noticia de su muerte en el accidente aéreo de Madrid ha truncado la vida y con ella la importante carrera internacional de esta artista, tan vinculada a las esencias más puras de la tradición pianística catalana.Hija de músicos -su padre, -Josep Sabater, era director de orquesta y su madre, Margarita Parera, una de las más acreditadas profesoras de canto de la ciudad-, vivió inmersa en el mundo de la música. Heredera directa de la gran tradición técnico-pianística de Granados, recibida a través de las enseñanzas de Frank Marshall, Rosa Sabater pronto mostró un excepcional temperamento pianístico, que se tradujo en unas personalísimas vivencias artísticas marcadas y definidas por el indeclinable sello de su personalidad.
Aunque su penetrante intuición musical le permitía abordar las más variadas escuelas pianísticas, del barroco al romanticismo, pasando por el impresionismo u otras tendencias, su estilo interpretativo, tenso, vivo, dotado de un profundo nervio estructural y de una pulsación firme, pero hondamente musical, se nos antoja particularmente apto para ejecutar las páginas más calificadas del barroco de salón y en particular las de Scarlatti y del P. Antonio Soler, de las que dio unas versiones en el límite de la perfección. Mozart figuraba también en su repertorio.
La actividad profesional de Sabater se desarrolló en los más variados ámbitos culturales. Si destaca en primer término su carrera internacional como concertista, no le va a la zaga su trascendental labor pedagógica desarrollada últimamente (desde 1976) en la Staatliche Hoclishule für Musik, de Friburgo, adonde fue llamada por su extraordinaria categoría de enseñante.
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