La policía italiana cree que Anna Bulgari y su hijo están en poder de una banda sarda
La policía italiana parece convencida de que fue una banda de sardos la que secuestró a Anna Bulgari, copropietaria de la más importante joyería de Italia y una de las principales de Europa, y a su hijo Giorgio, de 17 años, la tarde del sábado en la finca Isoletta, de Aprilia, cerca de Roma. Las autoridades no dan crédito a algunas llamadas de teléfono reivindican la acción en nombre de presuntos terroristas rojos y revelan, al mismo tiempo, que en el coche usado para el secuestro, y abandonado más tarde han encontrado restos del típico pan que se fabrica en Cerdeña.
En cualquier caso, no puede excluirse que quienes se han apoderado de los dos miembros de la dinastía Bulgari puedan pertenecer a una banda sarda especializada en secuestros y relacionada con el grupo terrorista nacinonalista sardo de extrema izquierda Barbagia Rossa, el cual a su vez en el pasado estuvo relacionado con las Brigadas Rojas.De lo que no cabe duda es que el golpe lleva el sello de la profesionalidad y que los secuestradores actuaron con total conocimiento de causa de toda la situación de la familia Bulgari.
La única noticia positiva es que el general Franco Calissoni, marido de Anna Bulgari y padre de Giorgio, ha abandonado ayer la clínica donde había sido hospitalizado tras las heridas que había recibido primero de los secuestradores y después al caerse del árbol al que se había subido para escapar desde una ventana de la casa, tras liberarse de las cuerdas para atar ovejas con las que le habían inmovilizado.
Ni que decir tiene que todas las fuerzas de seguridad están movilizadas para poder descubrir el paradero de los Bulgari y devolverles sanos y salvos a su casa. Sobre todo, porque se trata de una familia que ya fue duramente probada en estas lides hace ocho años, cuando fue secuestrado Gianni Bulgari, uno de los dos hermanos propietarios de la famosa joyería de Via Condotti de Roma y que estaba considerado como el hombre más elegante de Italia después de Gianni Agnelli. Y también de los más ricos. Nadie pudo saber nunca cuánto se pagó por su rescate.
El misterio sobre el rescate obedece, según algunos, a preocupaciones fiscales, para que se investigue a fondo las propiedades de esta dinastía de joyeros.
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