La oposicion greco-chipriota pide la dimisión del Gobierno y le acusa de pasividad ante la independencia del sector turco
La proclamación de la independencia turco-chipriota ha provocado un clima de desconcierto en el Estado chipriota internacionalmente reconocido (el sector griego), donde la oposición de derechas acusa al Gobierno de ser incapaz de reaccionar y exige su dimisión. Las acusaciones greco-chipriotas están dirigidas contra el Gobierno de Ankara, al que unánimemente se considera responsable de lo que haga el líder turco-chipriota, Rauf Denktash, y, por tanto, el único interlocutor válido, informan fuentes diplomáticas y periodísticas del sur de la isla.
La Prensa extranjera acreditada ante las autoridad" turco-chipriotas tiene prohibida su entrada al sur de Chipre. Desde el lado griego, las posibilidades de negociación entre las dos comunidades se contemplan como algo muy remoto, y se considera imprescidible que antes los turco-chipriotas se retracten de su decisión. La única negociación posible es "obligar a Turquía a que obligue, a su vez, a Denktash a renunciar a sus pretensiones", comentaba ayer la Prensa.Los greco-chipriotas se niegan a reconocer, siquiera de hecho, la existencia de otro Estado al norte. Las ciudades que quedan en ese sector son habitualmente denominadas ciudades abandonadas, y todavía se puede leer en las guías telefónicas la indicación de que los números de los abonados de las ciudades del norte se encuentran "temporalmente suspendidos".
La población del sur de Chipre ha dado muestras de oponerse a la división de la isla, repaldando masivamente, según informaciones periodísticas, un paro de una 'hora en las oficinas públicas y privadas, bancos. y transportes colectivos.
El paro tuvo mayor incidencia en las ciudades de Larnaca y Limasol, donde residen unas 200.000 personas, que en 1974 tuvieron que huir del norte de la isla tras la invasión de ese sector por 40.000 soldados turcos. En Atenas se registró el jueves una manifestación de protesta ante la Embajada de Estados Unidos.
La cámara de representantes greco-chipriota condenó el jueves la proclamación de lo que repetidamente se califica de "seudo-Estado nacido al amparo de las bayonetas turcas".
El nacimiento de la República Turca de Chipre del Norte ha creado la ostensible alarma en el Chipre reconocido. El diario del Akel (partido comunista chipriota), el principal grupo político greco-chipriota y el más poderoso partido comunista de Europa, ha pedido calma a la población y prudencia al Gobierno para afrontar la situación. Los comunistas, de tendencia prosoviética, advierten que Chipre no puede aceptar la división.
Los comunistas y Kyprianu
El Akel tiene en sus manos el destino del presidente centrista, Spiros Kyprianu, puesto que con su apoyo le permite contar con el 65% del electorado, según los resultados de las elecciones democráticas celebradas el pasado mes de febrero. El llamamiento a la serenidad hecho por los comunistas ha desatado las críticas y las iras de la derecha, cuya Prensa decía ayer, en tono desafiante, que "no estaría mal que el pueblo perdiera la calma". La oposición propone la formación urgente de un Gobierno de unión nacional y la dimisión de Kyprianu, al que acusan de "haber permanecido dormido`ante los síntomas que anunciaban la independencia turco-chipriota. El presidente es calificado de "autor del desastre", y el Akel, de "instigador moral del crimen".En este ambiente queda un espacio muy reducido para la negociación, un estrecho margen que ocupan las Naciones Unidas como mediadoras en el conflicto. El representante de la ONU en Nicosia, el argentino Hugo Gobbi, cruzó en la noche del jueves la línea Atila, que separa a las comunidades turca y griega, para entrevistarse con el ministro de Asuntos Exteriores turco-chipriota, Kenan Atakol.
Lo único que ha podido saberse de.ese encuentro es que el representante de la ONU ha presentado a los dos Gobiernos chipriotas nuevas ideas para sentarse a negociar.
Estas nuevas ideas guardan relación, según fuentes greco-chipriotas, con un mensaje que muy recientemente envió el secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, a Kyprianu y Denktash. Ese mensaje contenía, al parecer, la propuesta de que el importante puerto franco de Famagusta (al este de,la isla, junto a la línea divisoria) pase a control greco-chipriota, a cambio de la reapertura del aeropuerto de Nicosia como punto de entrada o salida del tráfico internacional a las dos comunidades. Este aeropuerto se encuentra ahora bajo control de los cascos azules.
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