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Crisis en el Mediterráneo oriental

La declaración de independencia de los turco-chipriotas pretende demostrar su inequívoca voluntad de autogobierno

Antonio Caño

El Gobierno turco-chipriota ha proclamado la independencia empujado por la población del tercio norte de la isla de Chipre, "que llevaba 20 años esperando este momento", explicó ayer el ministro de Asuntos Exteriores de la nueva República Turca de Chipre del Norte, Kenan Atakol, que no mostró preocupación por el hecho de que el nuevo Estado haya sido reconocido únicamente por Turquía y Bangladesh. Las autoridades turco-chipriotas consideran que la espectacular decisión aprobada por su Asamblea legislativa el pasado día 15 era la única salida posible para dejar patente ante la opinión pública internacional que la comunidad turca de Chipre tiene una firme voluntad de autogobierno y que nunca aceptará ser dirigida por la mayoría griega.

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"Vamos a demostrar que esta isla no es griega y que existen en ella dos comunidades con todos sus derechos", afirmó ayer, en una conversación con periodistas, Nejat Konuk, presidente del Parlamento y presidente en ejercicio de la República, en ausencia del titular, Rauf Denktash, que asiste en Nueva York a la reunión de las Naciones Unidas.El nuevo Estado nace asentado sobre dos bases fundamentales: el acuerdo unánime de todas las fuerzas políticas con representación en la Asamblea turco-chipriota, creada en las elecciones democráticas de 1976, y la voluntad de negociar una federación con el Gobierno greco-chipriota de Spyros Kyprianu, el único internacionalmente reconocido hasta el momento.

"Hemos de encontrar una solución al problema & Chipre por medio de una federación en la que las dos comunidades estén representadas por igual; el problema no puede ser resuelto desde fuera, sino discutiendo entre nosotros", manifestó el ministro de Asuntos Exteriores.

Promesa de negociar

La promesa de negociar ha sido, para Rauf Denktash, un factor determinante a la hora de conseguir el apoyo de los 40 diputados, que representan a seis partidos políticos. La izquierda, la más resistente a respaldar la independencia, se ha visto finalmente forzada a hacerlo por el fracaso de las conversaciones intercomunitarias y la presión de una población descontenta por la situación en que se encuentra el norte de la isla desde 1974; esto es, independiente de hecho, pero sin funcionar como un Estado política, económica y administrativamente.El líder del Partido Socialista turco-chipriota, Osker Osgur, reconocía ayer que "anteriormente pensábamos que la independencia no era la mejor idea", admitía que "el PASOK (Partido Socialista griego, en el poder) y Kyprianu están de acuerdo en rechazar la fórmula de una federación igualitaria" y recordaba que "aceptamos la decisión de Denktash para presionar a Kyprianu con objeto de que acepte la igualdad de las dos comunidades".

Los socialistas, fuertemente implantados, con 11 diputados en la Cámara, siete del menos que la mayoritaria Unión Nacional de Denktash, son los que con mayor preocupación contemplan la repercusión internacional de la proclamación de independencia. Hay sectores en el partido socialista abiertamente contrarios a la decisión, aunque por razones exclusivamente tácticas.

El Gobierno turco-chipriota, sin embargo, no parece inquieto por las escasas probabilidades con que cuenta para alcanzar el reconocimiento internacional del nuevo Estado. "China estuvo muchos años sin ser reconocida y ahora nadie puede dudar de que es un Estado independiente", afirma Kenan Atakol.

El ministro de Asuntos Exteriores, que define a la nueva República como "un país islámico con vocación occidental", espera un in mediato reconocimiento por parte de Pakistán y confía en que llegue pronto el de Arabia Saudí y Jordania. "Los países que no nos reconocen son países que ignoran lo que pasa en Chipre", declara. La República Turca de Chipre del Norte espera ser aceptada también como miembro del Movimiento de Países No Alineados, del movimiento de países islámicos y de la comunidad económica islámica, puesto que la mayoría de su población es musulmana. Mientras estos reconocimientos llegan, se siguen dando pasos para dotar a la nueva República de todos sus símbolos. Ya se ha decidido el diseño de la bandera, que es idéntica a la greco-chiprióta (mapa de la isla en amarillo sobre fondo blanco y una corona de laurel verde por debajo), con la inclusión de la enseña nacional turca en la esquina superior izquierda. Se están imprimiendo los nuevos pasaportes y se trabaja en la composición de un himno. Pero la obra más esperada es la creación de un banco nacional con capacidad para emitir una moneda que, permita prescindir de la libra turca, que ahora circula en el norte de Chipre.

El presidente de la Asamblea legislativa asegura que no ha existido ningún tipo de presión turca para crear el nuevo Estado. Nejat Konuk, políticamente independiente y uno de los personajes con más carisma en el país, estima, sin embargo, que "sin la ayuda turca ya no existiríamos".

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores considera necesaria la presencia de tropas turcas en el tercio norte de la isla porque, "mientras los greco-chipriotas podrían movilizar en caso de guerra a 40.000 o 50.000 hombres nosotros difícilmente llegaríamos a los 15.00W. El Gobierno del nuevo Estado afirma que el número de tropas turcas estacionadas en Chipre es inferior a 15.000.

Los turco-chipriotas, siempre muy sensibles a las decisiones de la ONU -que tiene 2.350 cascos azules desplegados a lo largo de la línea divisoria de las dos comunidades-, están muy pendientes de la reunión del Consejo de Seguridad, donde se espera una resolución contraria a la proclamación de la República Turca de Chipre del Norte.

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