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El Rey dice en Túnez que la paz llegará a Oriente Próximo si se respetan los derechos legítimos de todos los Estados

Los reyes de España iniciaron ayer un viaje oficial de una semana de duración por Tunicia, Zaire y la República Popular del Congo. El recorrido tuvo su primera escala en Túnez, sede de la Liga Árabe. Allí, don Juan Carlos dirigió un discurso al presidente tunecino, Habid Burguiba, y, refiriéndose a la situación de Oriente Próximo, afirmó que "la paz llegará sólo cuando se respeten los derechos legítimos de todos los Estados de la zona, sin excepción alguna, en el marco de fronteras seguras garantizadas por la comunidad internacional".

Con esta referencia a los problemas del Oriente Próximo, "que España contempla dolorida y con preocupación", el Rey reafirmó en Túnez los deseos de una solución "pacífica, global, justa y duradera", y el apoyo al pueblo palestino para "el ejercicio de su legítimo derecho de autodeterminación, de acuerdo con las normas del Derecho internacional".En su declaración el Rey recordó que España siempre se ha manifestado a favor de un Magreb fuerte y solidario, estable y amigo como garantía de la paz y de la seguridad en el Mediterráneo, "nuestro mar, teatro, por desgracia demasiado a menudo, de agresiones y violencias".

La primera manifestación pública de don Juan Carlos se produjo en el acto del palacio de Cartago, donde los discursos no pudieron ser pronunciados por las dificultades de expresión que tiene ya el anciano presidente tunecino. Se limitaron, por tanto, al intercambio de los textos. Fue ésta la segunda, deferencia que tuvo el Rey con el presidente Burguiba.

La primera se produjo en el aeropuerto. Burguiba, que ha cumplido oficialmente 80 años aunque se le calcula que fue inscrito en el registro civil unos cinco años después de su nacimiento, padece aparentemente un progresivo parkinson que le hace caminar con movimientos cercanos al automatismo. Su brazo derecho aparece rígido y sube y baja a un compás acelerado.

Don Juan Carlos, apercibido de las dificultades del presidente tunecino durante el recorrido hasta el podio en el que los dos jefes de Estado, junto con la Reina y la esposa de Burguiba, escucharon los himnos nacionales, se detuvo en varias ocasiones para dar lugar a un caminar más reposado. Posteriormente, tanto a la subida como a la bajada del podio, el Rey tomó del brazo a Burguiba.

El presidente de Tunicia fue llevado al pie de la escalerilla del avión por su hijo y por el primer ministro, Mzay. El hijo del presidente tunecino es un personaje que políticamente ha estado algún tiempo oscurecido, pero que ha vuelto a resurgir en el desempeño de sus funciones de asesor presidencial, y ello se interpreta como una salida futura al régimen presidencialista.

El anciano presidente, que pese a la enfermedad despacha diariamente todos los asuntos de Estado y mantiene la mente clara, es todavía para su pueblo el combatiente supremo.

Presidente vitalicio

El pueblo tunecino no ha olvidado que su presidente fue el hombre que tras sufrir años de cárcel logró la independencia del país en 1956. Constitucionalmente es presidente vitalicio, pero esa condición no la poseerá quien le suceda, que será, en primera instancia, quien esté desempeñando en el momento de su muerte la cartera de primer ministro. En el caso presente es Mohamed Mzaly.Las relaciones hispanotunecinas son cordiales. Económicamente, Tunicia tiene un notorio déficit con España aunque las cantidades que se manejan son de pocos millones.

Para Tunicia, que siempre se ha manifestado favorable a la posición española de ingreso en la CEE, esta perspectiva no deja de ser preocupante dado que ello puede afectar a sus productos agrícolas y pesqueros.

En este orden de cosas se sitúan las conversaciones que mantendrán las delegaciones técnicas de ambos países, que en el caso español están presididas por el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán.

Habid Burguiba, en su discurso de bienvenida que entregó al Rey, se refirió a la postura española con respecto al problema palestino: "Quiero aprovechar la ocasión para expresar nuestro alto aprecio a la actitud digna y corajuda de España en favor de la causa palestina. Tunicia y España deben conjugar sus esfuerzos para ayudar a la solución de este drama que socava los fundamentos de la paz mundial".

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