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Fuerte tensión entre los responsables de la política sanitaria

Francesc Moreu Orobitg, gerente de Obras, Instalaciones y Suministros del Instituto Nacional de la Salud (Insalud), fue destituido ayer por el ministro de Sanidad y Consumo, Ernest Lluch, a propuesta del director general de ese organismo público, Francesc Raventós. A Moreu Orobitg le ha sucedido en el cargo Víctor Flores. El cese, criticado por numerosos cargos provinciales del Instituto y consultado previamente por el ministro con parlamentarios del Grupo Socialista -que desaconsejaron la medida-, se añade al del secretario general del Insalud, Jaime Pérez López-Santaría, segundo cargo en importancia del organismo, que fue conocido el paisado martes, y se inscribe en el marco de las tensiones que existen entre los responsables de la política sanitaria socialista.Mañana se reúne en la sede federal del PSOE el plenario del grupo de salud, al que inicialmente tiene prevista su asistencia el ministro Lluch, según fuentes socialistas.Dos líneas se dibujan en este enfrentamiento larvado, al que no es ajena la gestión económica del Insalud, fuertemete criticada desde posiciones de izquierda. La labor del director general del Insalud, Francesc Raventós, hombre de confianza de Lluch (ambos economistas), no ha estado siempre de acuerdo con los puntos de vista del subsecretario del ministerio, Pedro Sabando. Por otra parte, Ciriaco de Vicente, responsable de la secretaría de Acción Social del PSOE, no oculta sus discrepancias con algunos aspectos de la gestión ministerial.

Los relevos en el Ministerio de Sanidad se iniciaron a finales del pasado mes de septiembre con la dimisión de Antonio Alguacil García, subdirector general de Asistencia Sanitaria y Prestaciones Farmacéuticas del Insalud, nombrado a principios de enero de este año.

También en el Ministerio de Sanidad y Consumo se han producido recientemente varias dimisiones y ceses, especialmente en las direcciones generales de Planificación Sanitaria y (le Salud Pública. En esta última, se destituyó el pasado martes a la subdirectora general de Prograrnas y Promoción de la Salud, Elvira Méndez, tras criticar, en unas declaraciones a la Prensa, el anuncio hecho por el ministro sobre la puesta en marcha de un plan destinado a combatir la esterilidad en las parejas españolas. Respecto a este: cese, Lluch ha señalado que se produjo a petición expresa del director general de la Salud. Pública, Enrique Nájera.

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Las discrepancias entre las autoridades sanitarias y un influyente sector del PSOE se arrastran desde hace meses

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Carlos Ruiz Soto, responsable de la política sanitaria de Alianza Popular, preguntó recientemente en el Senado al ministro de Sanidad y Consumo por las dimisiones producidas en este ministerio, y Lluch les restó importancia. El doctor Ruiz Soto comentaba posteriormente que Alianza Popular ha jugado un papel de oposición "muy suave" en relación con la política sanitaria socialista, si bien "en el próximo año, habrá que exigir mucho más del Gobierno".

La tensión que, especialmente en los últimos meses, se ha notado en las esferas de la política sanitaria está generada más desde dentro del propio equipo ministerial y del PSOE que desde la oposición política. La situación parece tener, en el momento actual, dos puntos de fricción: por un lado, el balance .de un año de gestión, y, por otro, el proyecto de la ley Básica de Sanidad.

A las pugnas entre los responsables de la política sanitaria socialista se añade la tensión con los sectores profesionales que ven con recelo los cambios que puede originar la reforma del sistema sanitario. El Insalud, por otro lado, debe hacer frente, entre otros problemas de índole económica, al conflicto planteado por 200 empresas españolas suministradoras de material sanitario, que anunciaron el pasado miércoles su intención de no suministrar más material a los hospitales y ambulátorios de la Seguridad Social, a partir del 15 de noviembre, si no cobran al contado.

El Insalud y la Generalitat, a la que se encuentran transferidas las competencias en materia sanitaria en Cataluña, adeudan a estas empresas un total de 11.500 millones de pesetas, según fuentes del sector. En relación con la deuda de la Generalitat, el conseller de Sanidad y Seguridad Social, Josep Laporte, declaró que la demora en los pagos se debe a que el Gobierno autónomo sigue a la espera de cobrar una deuda de la Seguridad Social.

El conflicto político

El origen del conflicto político se remonta, en parte, a la crispación que vivió un sector del PSOE tras descartarse la candidatura de Ciriaco de Vicente a la cartera de Sanidad y Consumo. El órgano del partido donde más se acusó este síntoma fue la Secretaría de Acción Social, de la que de Vicente era y sigue siendo responsable.

Entre numerosos militantes o simpatizantes del PSOE llamados a tener participación directa en los nuevos equipos de gobierno cundió el temor de que la política sanitaria socialista presentada a la opinión pública no se llevase a efecto.

Los nombramientos de Ernest Lluch, como ministro, y de Francesc Raventós, como director general del Insalud, despejaron algunas incógnitas, entre ellas la de clarificar la voluntad de saneamiento económico en la gestión. Pero sólo el nombramiento del doctor Pedro Sabando, como subsecretario de Sanidad y Consumo, hombre clave de UGT-Sanidad y uno de los motores, junto a Ciriaco de Vicente, del Grupo Federal de Salud del PSOE, inspiró una mayor confianza en el seno de las bases socialistas.

El balance de la gestión de un año arroja criterios para todos los gustos, pero, indudablemente, ha abierto una polémica interna. Además, algunos altos responsables de la actuación sanitaria, especialmente en las esferas autonómicas, tienen la sensación de que el problema sanitario interesa muy poco en el Gobierno central y, concretamente, entre los responsables del área económica.

La tensión se ha originado también en torno a disparidades de criterios sobre lo que puede ser el futuro Servicio Nacional de Salud, piedra angular de la Ley Básica de Sanidad, cuyo proyecto redacta actualmente una comisión presidida por el subsecretario. En el seno de esta comisión se ha producido igualmente un deterioro de relaciones, reflejado en la reciente dimisión de Ciriaco de Vicente de la comisión que redacta el proyecto.

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