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El traslado de un vertedero de basuras deja sin trabajo a 200 familias de Almería y provoca temor a una invasión de ratas

La decisión adoptada por el Ayuntamiento de Almería de trasladar el vertedero de basura municipal del barrio periférico de Los Almendros hasta una zona más alejada del casco urbano y denominada Cuevas de los Úbedas ha dejado sin fuente de ingresos a alrededor de 200 familias y puede provocar una invasión de ratas en el barrio cercano al antiguo vertedero, al quedarse estás últimas sin la comida que hasta ahora les permitía sobrevivir plácidamente.

La decisión municipal ha tenido su origen en la entrada en funcionamiento de la nueva residencia sanitaria de Torrecárdenas y cuenta con el apoyo de todos los sectores sociales y políticos de la capi tal. El centro sanitario, que será inaugurado mañana por el ministro de Sanidad, se encuentra situado relativamente cerca del vertedero antiguo, y los humos producidos por la combustión de los residuos urbanos constituía un serio peligro para el bienestar de los enfermos ingresados.Pero si la decisión beneficia a la inmensa mayoría de los almerienses, estas casi 200 familias se han quedado sin un método tan peculiar de trabajo como es el de vender o utilizar todos aquellos residuos sólidos que sobreviven a la combustión o a las ratas. La jornada laboral -que se -habían autoimpuesto estos recogedores de basura comenzaba normalmente a las 11 de la mañana y terminaba cerca de la medianoche; los ingresos diarios rondaban las 500 pesetas, y los precios de referencia a que vendían algunos de los materiales podrían ser 3 pesetas el kilo de papel, 25 el de metal y 100 pesetas por un saco de pan.

Como un gran almacén

Para uno de los vecinos de este barrio el cambio de ubicación del simago (así se conocía popularmente a este vertedero), "si a estas familias no se les da un trabajo digno, el único camino que les queda escoger sus cuatro aperos y marcharse con la música a otra parte, es decir, trasladarse, ahora, a la Cueva de los Úbedas. Paco Ruano, concejal del Ayuntamiento de Almería, manifestaba reciente mente en una entrevista radioflá nica que "la corporación es consciente de que con el trasla do del vertedero muchas familias de Los Almendros se han quedado en una situación de mi seria, mayor aún de la que esta ban hasta ahora". Ante esta situación, el concejal informaba que, a medio plazo, la solución a, este problema humano podría 1 estar en la afiliación de los afectados - a los trabajos de empleo comunitario o bien a la búsqueda de medios que posibiliten una cualificación profesional que les permita acceder a un puesto normal de trabajo.Los Almendros es un barrio situado en la margen izquierda de la carretera Almería-Murcia y ubicado a unos cinco kilómetros del centro de la capital. Se divide en dos zonas: Los Almendros Bajos y los Altos o Almendricos. A pocos metros se encuentra el cementerio.

Familias que malviven

Los Almendros Bajos están configurados por un conjunto de 69 casas de 50 metros cuadrados que se vendieron a los compradores por 100 pesetas mensuales, "pero como a los siete años dejamos de pagar, no pudimos adquirirlas en propiedad y ahora son del ayuntamiento". En esta zona el 50% de sus habitantes son gitanos y sólo unos pocos cabezas de familia tienen trabajo fijo.La anterior situación adquiere perfiles más dramáticos en Los Almendros Altos o Almendricos. Allí malviven 200 familias en un total de 222 casa-albergue de 32 metros cuadrados, que fueron construidas por el ayuntamiento a raíz de las inundaciones de 1970. La mayoría de sus habitantes, el 90%, son gitanos que proceden del barrio de La Chanca, uno de los más afectados por las inundaciones de entonces. El paro aquí es generalizado y la única fuente de ingresos se objetivaba en la recogida de basuras. El elevado número de hijos con que cuenta la mayoría de las familias aquí establecidas es un factor que incide poderosamente en las condiciones infrahumanas en que viven. Existe fluido eléctrico "porque lo robamos a La Sevillana, ya que no pagamos los recibos", y en cuanto al agua, muchas familias no disponen de abastecimiento en sus casas por que vendieron las tuberías para sacar algunas pesetas. La miseria ambulante, la ropa tendida en la puerta de las casas y la imagen de niños y mayores descalzos buscando algo útil entre las basuras configuran un paisaje propio de las novelas de Gabriel García Márquez.

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En cuanto al problema de una posible invasión de ratas en el barrio, Martirio Tesoro, portavoz del colectivo de concejales socialistas, ha manifestado a EL PAÍS: "Somos conscientes, de que el sellado del vertedero antiguo produce o puede producir un éxodo de ratas hacia barrios vecinos para buscar alimento". Ante esto el ayuntamiento ha decidido iniciar una campaña de desratización, para la que se ha pedido colaboración ciudadana.

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