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La 'salud' política de Andropov parece garantizada, a pesar de su ausencia del desfile conmemorativo de la revolución

Por primera vez desde la segunda guerra mundial, el jefe del Estado de la Unión Soviética no presidió ayer el desfile conmemorativo de la Revolución de Octubre de 1917. El anterior número uno de la URSS, Leónidas Breznev, ocupó el año pasado el lugar de honor en la tribuna del mausoleo de Lenin sólo tres días antes de su muerte. Un simple resfriado, según la versión oficial, ha impedido a Yuri Andropov presidir el desfile este año.Sin embargo, ayer pudieron observarse claros indicios que muestran cómo Andropov sigue conservando su fortaleza política.

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El hombre que se supone es el máximo rival del jefe del Estado y del partido soviético, Constantin Chernienko, de 72 años de edad, ocupó el lugar preferente en la tribuna presidencial. A juicio de los observadores, este hecho no tiene que tener forzosamente significado político y puede obedecer simplemente a que él es el miembro más veterano del Politburó y del secretariado.En esta ocasión, los dirigentes políticos y militares soviéticos no subieron a la presidencia a través de las escalinatas frontales del mausoleo de Lenin, sino a través de un nuevo acceso posterior, quizá con la ayuda de un ascensor. Este detalle, aparentemente fútil, ha sido muy valorado por veteranos observadores occidentales, que recuerdan cómo en años anteriores la facilidad o dificultad en subir por las escaleras frontales habían sido consideradas indicios fundamentales a la hora de valorar el estado de salud del anterior líder de la URSS, Leónidas Breznev.

Ayer hacía en Moscú un día soleado y bastante cálido para lo que es corriente durante esta época del año: más de media docena de grados centígrados sobre cero. El desfile militar no aporta ninguna novedad, como ya anunciaron previamente los agregados militares occidentales, que, como cada año, asisten curiosos cada noche a los ensayos que tienen lugar los días anteriores a la parada.

En la manifestación que sigue al desfile aparecieron diversos retratos de Andropov, dejando bien claro -por si existiera alguna duda- que su ausencia no obedece a razones políticas.

El presentador de la televisión, que retransmitió el acto a todo el país, citó también al líder soviético, si bien no hizo ninguna referencia directa a la ausencia de éste de la tribuna. En la arenga pronunciada al comienzo del acto por el ministro de Defensa, mariscal Dimitri Ustinov, también se citó al jefe del Estado y del partido de la URSS.

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Como cada año, todo el centro de Moscú estaba cortado al tráfico y cordones de policía y del ejército impedían, en un radio de más de un kilómetro en torno a la plaza Roja, el acceso de las personas que río contaban con la oportuna invitación.

Los embajadores -de la mayor parte de los países de la OTAN -incluido el de España- estuvieron ausentes de la plaza por cuarto año consecutivo, como protesta por la invasión de Afganistán. Los embajadores de Grecia, Turquía, Dinamarca e Italia rompieron este año el boicoteo y sí ocuparon su lugar en la tribuna destinada al cuerpo diplomático.

La arenga pronunciada por el mariscal Dimitri Ustinov -que, como es tradicional, tenía forma de orden del día dirigida a los ejércitos de la URSS- contenía, como de costumbre, duros ataques a Estados Unidos, y en ella se hacía también una referencia de pasada a la crisis desencadenada a comienzos de septiembre por el derribo de unjumbo surcoreano que transportaba 269 personas entre Nueva York y Seúl.

El ministro de Defensa soviético reiteró que su país no está dispuesto a tolerar la superióridad militar de Occidente, y recordó que Checoslovaquia y la República Democrática Alemana albergarán nuevas armas tácticas que darán respuesta a la próxima instalación de los euromisiles norteamericanos.

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