Referéndum en Suráfrica para crear un Parlamento con cámaras para blancos, mestizos y asiáticos
Hoy 2.700.000 blancos votarán en África del Sur la reforma de la Constitución y la creación de un Parlamento tricameral, para blancos, asiáticos y mestizos. La mayoría negra, el 73% de la población, continuará desprovista de derechos cívicos y políticos.
El referéndum ha sido convocado por el primer ministro Pieter Botha y ha sido rechazado por el ultraderechista Partido Conservador, que teme que la concesión de derechos, aunque sean limitados, a mestizos y asiáticos sea un primer paso hacia la desaparición del apartheid, y por el Partido Federal Progresista, para quien un proyecto que posterga a la mayoría negra no supone ninguna vía de solución para el problema surafricano. Los observadores estiman, sin embargo, que Pieter Botha puede obtener la mayoría con el apoyo de su propio Partido Nacional.El proyecto contempla la creación de una asamblea, con 178 miembros, elegida por la comunidad blanca; una cámara de representantes, de 85 miembros, votada por los mestizos, y una cámara de delegados, de 45 escaños, elegida por la comunidad asiática, fundamentalmente indios establecidos en África del Sur desde principios de siglo.
Dos tipos de leyes
Cada cámara celebrará sus sesiones por separado. Las leyes quedarán divididas en dos categorías: generales y asuntos propios. En los asuntos propios, las cámaras mestiza y asiática podrán legislar independientemente. En el caso de las leyes generales (defensa, fiscafidad, política exterior, etcétera), se exigirá mayoría en todas y cada una de las tres cámaras, pero si ésta no se produjera, la palabra final quedaría en manos de un consejo presidencial, compuesto por 60 miembros, en el que queda asegurada la mayoría de los diputados blancos y de miembros nombrados directamente por el propio presidente de la República. La población mestiza supone 2,7 millones de personas, y la asiática, 850.000.El referéndum de hoy pondrá de manifiesto si Botha y su Partido Nacional continúan controlado a la mayoría de población blanca de habla holandesa (afrikaners), que suponen el 60%. de los 4,7 millones de ciudadanos blancos surafricanos. El resto son blancos de habla inglesa, considerados generalmente más liberales.
Al margen de los problemas raciales, la nueva Constitución supondría también un cambio considerable en el sistema político de África del Sur, porque configuraría un poderoso régimen presidencialista. El presidente de la República -se da como seguro que el actual primer ministro pasaría a ocupar este cargo- sería elegido por un colegio electoral, integrado por 86 diputados, de los que 50 serían siempre blancos.
La entelequia de Pretoria
La aplastante mayoría de la población de África del Sur es de raza negra, pero el sistema de apartheid -único en el mundo que legaliza el racismo- considera que los negros no son ciudadanos del país, sino que pertenecen a miniestados tribales creados por los dirigentes blancos en determinadas zonas del país y no re-conocidos por ningún otro Estado u organismo de la comunidad internacional. La entelequia permite asegurar a continuación que, puesto que no son surafricanos, los negros no tienen por qué tener derechos políticos. Los seis miniestados tribales ocupan sólo un 14% del territorio total del país, pese a que la población negra supone el 73% del total.Mientras, Pretoria continúa elaborando nuevas medidas de segregación. Pen Kotze, ministro de Desarrollo Comunitario, ha anunciado que el Gobierno remitirá al Parlamento, en su próxima sesión, un proyecto de ley destinado a reforzar la ley de 1950 que establece lugares de residencia separados en función de la raza.
Expulsión inmediata
Antes de la presentación de la ley, Kotze ya ha manifestado que las familias de asiáticos y mestizos que viven ilegalmente en uno de los barrios con más sabor de Johannesburgo, el de Mayfair, deberán desalojarlo inmediatamente.Algunos de los habitantes clandestinos de este barrio con inmuebles de grandes columnas fueron expulsados del barrio de Pagevien, a dos kilómetreis de donde ahora viven, que fue reclasificado como blanco. Las casas que habitaban fueron marcadas con una cruz y destruidas.
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